La jueza envía a prisión sin posibilidad de fianza a uno de los miembros de la 'banda de la carretera'
Manuel es el primero de los tres hermanos Flores que siguen vivos tras el tiroteo del fin de semana que ha declarado en el juzgado de Instrucción número 2 de Chiclana
Actualizado: GuardarManuel Flores Valverde regresó anoche a la cárcel, donde ha pasado largas periodos desde que en 1991 fuera apresado en La Rioja junto a su hermano Cristóbal. El único integrante de la banda de la carretera, que salió ileso del tiroteo ocurrido en la autovía A-381 el pasado sábado, ha sido el primero en pasar por los juzgados de Chiclana, donde se están instruyendo las diligencias que conciernen sólo y exclusivamente a lo ocurrido el pasado fin de semana. Tras interrogarle, la jueza del nº 2 de Primera Instancia e Instrucción ordenó el ingreso en prisión sin posibilidad de fianza.
Más de medio centenar de cargos pesan sobre este delincuente habitual, que en su segunda declaración volvió a ratificarse en lo mismo que dijo en las dependencias de la Guardia Civil nada más ser apresado. Confesó su participación en los últimos cuatro asaltos de vivienda perpetrados en San Roque antes de que los hermanos fueran apresados y la sustracción del Citroën C4 en el que viajaba la banda el pasado fin de semana.
Como se ha venido informando en los últimos días, ese vehículo ha sido crucial en las pesquisas llevadas a cabo por la Guardia Civil y la Policía Nacional y que dieron al traste con las intenciones del clan de los Flores de seguir delinquiendo aprovechando los permisos penitenciarios del mayor de todos, Cristóbal Flores, que seguía cumpliendo una pena en la prisión de Huelva, aunque ya había obtenido el tercer grado.
El citado turismo fue robado el pasado 15 de agosto y pertenece a los dueños de una finca situada en el Pago de Carrahola, en Puerto Real, de donde se llevaron diversas joyas, dinero en metálico y el vehículo que estaba aparcado en la puerta del inmueble. Este Citroën fue descubierto días después por un policía en la barriada La Milagrosa de Jerez y ese hallazgo fue aprovechado para colocarle un dispositivo que lo mantenía permanentemente localizado. En ese momento, los agentes ya tenían sospechas fundadas de que todos los robos que se estaban produciendo eran obra de los mismos autores.
Disparos de silencio
Por suerte para los moradores de la vivienda del pago puertorrealeño, en ese momento no se encontraban dentro. Y fue una suerte, según explicaron fuentes policiales, porque la forma de actuar de esta banda armada, que se repetía en cada uno de sus golpes, consistía en eliminar cualquier posibilidad de identificación. Al menos, ésa es la conclusión a la que han llegado los investigadores en el caso de Tamara Leyton. La joven de 19 años, según esa línea de investigación, fue tiroteada para que no pudiera delatar a unos individuos que se habían escondido en las inmediaciones de su casa, después de haber tratado sin éxito de robar en otra vivienda de El Marquesado, a unos dos kilómetros de distancia.
Su negativa
Manuel Flores negó ayer su implicación en el hecho más grave que le imputan. Fuentes del caso confirmaron que el nivel de participación de los cuatro hermanos en este crimen está aún por determinar, ya que los primeros testimonios que se recogieron tras el fallecimiento de Tamara señalaban a dos individuos como las personas, que agazapadas en la oscuridad, realizaron más de una veintena de disparos.
Además de este delito de sangre, Manuel Flores está acusado de dos tentativas de homicidio por los dos tiroteos contra sendos controles del Instituto Armado, que terminaron con dos agentes de la USECIC (Unidad de Seguridad Ciudadana) heridos, uno de ellos por impactos de postas.
Manuel Flores fue trasladado desde la Comandancia de Cádiz hasta los juzgados de Chiclana a media mañana, pero la jueza no lo recibió hasta por la tarde. La declaración duró varias horas y pasadas las ocho de la tarde se daba por concluido el primero de los interrogatorios judiciales a los que ha sido sometido el detenido. Con el auto de prisión dictado, Manuel fue conducido de nuevo al cuartel de la capital gaditana para montarlo en un furgón oficial que lo condujo a la prisión de Puerto II.
La jueza decretó el secreto de sumario, que se mantendrá vigente hasta que, al menos, declaren los otros dos hermanos Flores -Francisco y Fernando- quienes seguían ayer ingresados en el Clínico de Puerto Real. Fuentes oficiales del SAS confirmaron que ambos siguen con una evolución favorable pero no están previstas aún sus altas. La misma mejoría experimenta el guardia que fue arrollado durante el operativo del sábado. Se encuentra ingresado en el Puerta del Mar y previsiblemente tendrá que ser sometido a una nueva intervención quirúrgica.
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