Spanair ha suspendido hasta cuatro vuelos en Jerez en la última semana
Dos se cancelaron el día del accidente de Barajas y otros dos el pasado lunes Los pasajeros se toman con calma y resignación sus viajes pese al siniestro
Actualizado: GuardarLos coletazos del accidente aéreo que costó la vida a 154 personas hace justo una semana en el aeropuerto de Barajas continúan haciendo mella en la compañía Spanair, que a raíz de lo sucedido se encuentra atravesando una de sus etapas más complicadas. En estos últimos siete días, de hecho, la empresa ha cancelado numerosos vuelos en el país por motivos diversos, cuatro de los cuales han afectado directamente al aeródromo jerezano. En concreto, el mismo día del siniestro se cancelaron dos vuelos, uno procedente de Madrid y otro con el mismo destino, mientras que un tercero que llegaba de la capital presentó al menos dos horas de retraso.
El pasado lunes eran otros dos los que se suprimían, el de las 12.30 horas con destino Bilbao y el de las 18.30 hacia Madrid. Una circunstancia que la compañía ha achacado a problemas técnicos, fundamentalmente, aunque a consecuencia del accidente también se han dejado traslucir ciertas dificultades con el personal, que en algunas ocasiones se ha negado incluso a desarrollar su trabajo.
En lo que respecta a Jerez, Spanair opera en la actualidad con tres destinos fundamentalmente: Madrid, Barcelona y Bilbao, mientras que durante la época estival también se ofertan vuelos a Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria.
A pesar de las últimas cancelaciones, sin embargo, desde el aeropuerto confirman que la actividad continúa de forma normalizada, y la afluencia de pasajeros no se ha visto afectada por el trágico suceso. «Se han cancelado algunos vuelos -apunta Iván Rodríguez, jefe del departamento técnico-operativo-, pero nada fuera de lo normal, como puede ocurrir con otras compañías. Tampoco se ha derivado nada anormal de las inspecciones y la programación se mantiene tal cual estaba».
Una de las encargadas del servicio de información de Aena recuerda con especial intensidad el fatídico día 20 de agosto, y cómo se vivió en el aeródromo jerezano. Aunque la angustia por lo sucedido era evidente, esta persona reconoce que la mayoría de los viajeros que en esos momentos se encontraban esperando su vuelo estaban más interesados en obtener información sobre éstos que en lo sucedido.
Testimonios
«La verdad es que la gente hacía muchas preguntas, pero más que nada para saber cosas sobre su propio vuelo. Había cierta inquietud en el ambiente, aunque no me dio la sensación de que tuvieran miedo... preguntaban, pero sobre todo para que les informaran sobre qué iba a ocurrir con ellos, si iba a haber retrasos y esas cosas».
Esta trabajadora coincide con el jefe del departamento técnico-operativo en afirmar que durante la última semana el ir y venir de pasajeros ha sido como cualquier otra de verano, y los viajeros no se han mostrado especialmente inquietos a la hora de volar. «La afluencia de pasajeros y el número de vuelos han sido más o menos los mismos; otra cosa es que los aviones hubieran ido llenos o no, pero eso ya habría que preguntárselo a la compañía».
Resignación
En el día de ayer, fueron muchos los que recalaron en las instalaciones jerezanas rumbo a diversos lugares de la geografía española. A pesar de que algunos reconocían que volaban con cierta resignación e intranquilidad, la mayoría lo hacía con normalidad y sosiego. Éste es el caso de Juan Santano, que volvía con su esposa a su ciudad natal, San Sebastián, después de unas merecidas vacaciones por la provincia de Cádiz y Sevilla. «La verdad es que no le hemos dado mayor importancia -aseguró Santano-. También es cierto que te coge en un periodo de vacaciones, vas de aquí para allá y no te enteras de mucho, o no te quieres enterar. Cuanto menos sepas, menos miedo te da».
Ana Areto y Alfredo Zaratiegui también volaron ayer rumbo a Pamplona, su destino final, después de haber pasado unos días en Conil junto a su hija Saioa. Aunque los padres sí se mostraron más seguros, la pequeña confirmó que «si antes me daba miedo, ahora más». No obstante, la pareja subrayó que en estos momentos la precaución quizá sea mayor, pero sin llegar a sentir el miedo. «Todos los días hay accidentes de coche -argumentó Areto- y no pasa nada, si lo piensas es que no viajas, lo que ocurre es que ahora todavía es muy reciente».
Javier Alcalá y Yolanda Manso, otros vascos que ayer volvían a casa tras un periodo de descanso, añadían incluso una visión positiva sobre el hecho de tener que volar en esta fechas. «Puede que dé un poco más de miedo, pero lo tenemos que coger igual. Además, ahora incluso es más seguro. Si hay que hacerlo se hace, porque es la forma más cómoda de viajar». Mar Abucha, recién llegada de la India, incidía en lo expuesto anteriormente por Ana Areto, intentando quitar algo de hierro al asunto: «A mí ya me daba miedo volar antes del accidente, y ahora me sigue dando igual. Yo acabo de hacer un vuelo muy largo, pero la verdad es que lo repetiría. Te impresiona lo que ha sucedido porque es muy aparatoso, pero más gente se muere en la carretera, lo que pasa es que no es tan impactante».
La actitud generalizada, por tanto, es que más allá de catástrofes y hechos puntuales, por razones diversas a la mayoría de los viajeros les sigue compensando realizar sus trayectos en avión. Los que lo hagan por estas fechas, no obstante, tendrán que armarse de paciencia, pues no es raro que se topen con retrasos, overbookings y cancelaciones. Unas incidencias inevitables para el usuario, que al final acaba siendo el gran perjudicado.
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