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La suciedad del márketing local
Las paredes y farolas del centro urbano se encuentran empapelados de anuncios
Actualizado: GuardarPegar anuncios en la pared es una práctica publicitaria muy antigua; de hecho, debían ponerle un monumento a aquella persona que un día se inventó el curioso reclamo de los flecos con los teléfonos. Sin embargo, en los últimos meses esta estrategia de márketing ha inundando las calles del casco urbano de la localidad. No hay farola, poste o trozo de pared despistada que no luzca decenas de folios, uno encima de otro, anunciando clases particulares, venta de pisos o servicios de reparación a domicilio. Hay para todos.
Aunque la circunstancia se debe a una falta de civismo por parte del ciudadano, soluciones existen para poner freno a esta suciedad vertical que afea una ciudad llamada a convertirse en sede del turismo estable. Una de esas medidas es que, al igual que se barren las calles, se peinen las paredes. Otra iniciativa que se está poniendo en práctica en la costa malagueña, concretamente en Fuengirola, consiste en que el que pega, paga: unos 300 euros de multa para aquella persona, empresa o asociación que se pase con la cinta adhesiva.
Y es que los anuncios en las paredes se están profesionalizando. Los típicos mensajes que ofrecían a una estudiante para cuidar niños han sido sustituidos por: «¿Quieres salir y no tienes con quién dejar a tus pequeños?» o «Le cambiamos el cuarto de baño en tres días», en el caso de los anuncios de reparaciones. Estos cartelitos, los de los albañiles, eran muy difíciles de encontrar hace un año. Ahora, en las farolas de Panzacola aparecen hasta plastificados para evitar su decoloración. La crisis del ladrillo llega a cualquier rincón.
Se puede seguir enumerando los servicios ofertados, como reuniones de tappersex (venta de artículos eróticos), perros encontrados (una nueva modalidad de ciudadanos gentiles), o los típicos anuncios en los que se ofrece compartir piso. La lista es interminable. Incluso la propia administración local cuelga sus afiches para promocionar sus actividades. Aprovechando que en estos meses la Delegación de Promoción está elaborando las ordenanzas estéticas de la ciudad, el Consistorio podría tomar nota y eliminar esta plaga de avisos varios que dan una imagen penosa. Será entonces cuando Chiclana dé un paso más en el objetivo de redecorar el patrimonio que nos queda.