Lo bueno y bonito no sale barato
Los comerciantes del Mercado Andalusí coinciden en que los productos artesanos gustan aunque «no se venden mucho»
Actualizado: GuardarLa octava edición del Mercado Andalusí acoge a medio centenar de puestos de artesanos que inundan el barrio de El Pópulo de colores y olores que activan todos los sentidos. Entre los productos más llamativos se encuentran perfumes, infusiones medicinales, juguetes educativos e infinidad de objetos artísticos en cerámica, cuero, metales, piedra, forja, vidrio y otros materiales. Estos atractivos productos se pueden adquirir directamente de sus creadores.
«A la gente le gusta las cosas hechas a mano», afirman los artesanos. Lo casero triunfa entre el consumidor que, harto de un mundo prefabricado, se traslada por unos momentos a su más tierna infancia cuando contempla a Antonio Rodríguez trenzando hojas de palmito hasta conseguir una exclusiva lámpara rústica. O también cuando se llevan a las manos un puñado de poleo o manipulan el cuero recién curtido. Es en ese momento cuando el tiempo se detiene y nos traslada por unos instantes hasta siglos pasados de la ciudad. «Todos miran y se quedan embobados, pero pocos compran», se quejan mientras explican a los posibles clientes el proceso de elaboración de sus productos. La mayoría no está dispuesto a gastarse el dinero a pesar de que lo que ven es bueno y bonito... pero no barato. Y es que hay que entender que «si tardo tres días en hacer una cesta no puedo venderla a 20 euros como en Ikea», comenta Antonio. También hay que fijarse en la calidad del material, como los morteros de mármol blanco de Antonio García, que son más limpios y duraderos que uno de madera, aunque también más caro. Sin embargo, «es una pieza que dura toda la vida», explica. Si se echan las cuentas al final sale más económico. El gusto por lo artesanal se encuentra además en la figura del propio artista, que un día decidió no dejarse llevar por la corriente del trabajo en la oficina y decidió emprender una vida diferente dedicada a su oficio. Rescató un arte del conocimiento de sus mayores y lo mantiene en la actualidad, para que no se pierda.
En otros casos transforman estos productos de siempre en otros más innovadores, como las cremas naturales de la cooperativa Oleoesencias, que gozan de un gran éxito entre sus clientes.La predilección por lo natural prima en una época en la que todo se hace deprisa. Por eso cuando uno pasa por debajo de los arcos de El Pópulo, consigue olvidarse del tiempo y se detiene para dejar que se abran los sentidos y también para preparar la cartera.