El verano, en actos

esto le van quedando tres caballas... Desde el Festival de Folclore hasta el último quejío de anoche en el Pay-Pay, no ha parado la fiesta. Cenas romanas, Teatro en el Museo, Música en Palacio... Lo de los Martes de Carnaval, un pelotazo; debería tener su continuidad con los Jueves Santo. Pipas a la luz de la luna, así, sobraos de cine de verano (el mudo es lo que no se ha terminao de entender, como no hablan...). Los que dan el cante lo han dao de todos los palos y pelas, de los cuarenta euros por ala para progres (con silla de Carrera Oficial), de Caetano del Castillo, a los cero euros sin silla de Soraya de la Playa (un atasco de 10 kilómetros se lió en Tres Caminos... aunque igual fue para ver a Julio José Iglesias, otro monstruo), 80.000 almas. La Barbacoa, 90.000 (pa hacerlo to los miércoles, los Miércoles de Ceniza...) Con todo, por participación, me quedo con la jaima y los tres contenedores que pusieron en la Caleta para darnos un cursillo de reciclaje. Regalaron tapergué, cubos de playa, camisetas... Total por una charlita y su prueba de aptitud. Decía la chavala «¿Puedo tirar mis gafas de plástico al contenedor amarillo...?» «¿¿¿¿Noooooo!!!!» «¿Porqué?» y decíamos todos «¿¿¿¿ Porque no es un envase!!!!» En todas las charlas éramos los mismos... Lo que aprendimos... acabamos con todos los regalos. Na más cuento un caso: Una embarazada, sentada con sus tres chiquillos delante la jaima (el marío había ido por cinco cajas grandes de cartón pa guardar los tapergué), venga llenar bolsas de Supersol con camisetas, «Y pal que viene, quilla», cuatro cogía por lección... qué afán por saber (se puso de civismo hasta la bola). Por interés periodístico pregunté «¿Cuantas camisetas se han repartío?» «100.000» (¿tanta gente entra en la Caleta?) Record del gordo. He echao de menos más actos como este... Debieran tomar nota los que piensan (reciclarse, joé).