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Opinion

Inquietante fisura

Dos semanas después del estallido del conflicto bélico en el Cáucaso, Rusia se replegó ayer de forma efectiva en la ciudad de Gori y en otros puntos de Georgia, en cumplimiento del acuerdo de paz suscrito por el Gobierno de Moscú y Nicolas Sarkozy en representación de la UE. La parsimonia de las autoridades rusas a la hora de ajustarse al requisito del pacto que determinaba el regreso de su Ejército a las posiciones previas a la crisis ha acabado convirtiéndose en el reverso de su abusiva reacción ante la incursión de Georgia en la separatista Osetia del Sur. Este nefasto pretexto ha permitido a Moscú forzar un armisticio más favorable a sus intereses y modularlo después conforme a su voluntad. Una pretensión a la que han coadyuvado argumentos sobrevenidos, como la decisión de Estados Unidos de acelerar la alianza con Polonia para instalar su escudo antimisiles -observada con profundo desagrado por Rusia-. En este contexto de creciente tensión, Moscú ha optado por dilatar su retirada de Georgia desoyendo la urgencia de las potencias occidentales y dando a entender que considera inaugurado un nuevo tiempo en la geopolítica mundial, en el que no podrá obviarse ya su preponderante papel.

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Esa percepción no puede llevar a Rusia a interpretar que cabe un retorno a esquemas del pasado superados por la multilateralidad de las relaciones internacionales. Pero la breve contienda en el Cáucaso ha contribuido a dañar la credibilidad de la ONU como organización supranacional, al tiempo que ha abierto inquietantes fisuras en el seno de la OTAN, evidenciadas en la disposición de EE UU y los países del Este a endurecer la posición diplomática ante Moscú y la actitud más proclive a la moderación exhibida por los principales socios europeos. Esa disparidad dificulta la adopción de una estrategia común que parece precisa en estos momentos para contener la belicosidad rusa. Pero el enfriamiento de las relaciones entre la OTAN y el Gobierno de Moscú constituye, ante todo, una negativa falla en la imprescindible cooperación ante el desafío común que supone el terrorismo global.