La nariz de la Princesa

La Casa Real confirmó ayer lo que salta a la vista en las últimas imágenes de televisión y prensa que muestran el perfil de Letizia Ortiz: que se ha operado la nariz. La semana pasada, la Princesa de Asturias se sometió a una septorrinoplastia para mejorar sus problemas respiratorios causados por una desviación del tabique nasal, según la misma fuente.

La primera aparición pública con su nuevo aspecto se ha producido con motivo de la visita de los Príncipes de Asturias a los heridos en el accidente aéreo en Barajas. Lamentablemente, porque la coincidencia viene a mezclar una situación dramática con los dimes y diretes que puede generar este cambio de aspecto. A sabiendas de ello, la Princesa se enfrentaba ayer a los periodistas a las puertas del Hospital La Paz, además de con el gesto compungido por las circunstancias, mirando al suelo y con el pelo echado más que nunca hacia la cara, seguramente en un intento de evitar que la atención no se desviara de lo que en realidad era la noticia, el sufrimiento generado por el accidente del avión de Spanair.

A pesar de todo, era evidente el cambio, la nariz aguileña ha dejado paso a un apéndice completamente recto y ligeramente elevado en la punta, haciendo su cara menos angulosa, más redondeada. Además, ayer aún no había desaparecido del todo la hinchazón típica de estas intervenciones, que afecta a la zona de la nariz y los ojos.

Dice también La Zarzuela que fueron los doctores del gabinete médico de la Casa Real los que le aconsejaron la operación para acabar con las molestias que, al parecer, sufre desde pequeña por la desviación de su tabique. La septorrinoplastia es una mezcla de septoplastia, cirugía funcional que endereza esta pieza para que el aire no encuentre obstáculos a su paso -y que no tiene por qué provocar cambios en la forma de la nariz-, y de rinoplastia, cirugía estética para corregir defectos puramente físicos. Dicen los expertos que hay casos en los que la primera necesita de la segunda para ser efectiva, y también al revés.

Estos días de agosto eran perfectos, según la Casa Real, para realizar la intervención quirúrgica, porque los compromisos de la Princesa se reducen, pero el siniestro de Barajas ha acelerado su regreso a la actividad pública.