ESPAÑA

Barajas trata de recuperar el ritmo en medio del silencio

Oficialmente, Barajas operaba ayer con normalidad. Tras un constante vaivén de pasajeros, se escondían las muestras de dolor de cientos de trabajadores que no terminaban de dar crédito al siniestro del vuelo JK5022. En la primera jornada después del accidente, se revivieron momentos emotivos cuando el reloj marcó las doce del mediodía.

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Las terminales dos y cuatro quedaron en silencio durante tres minutos. Los teléfonos móviles se sumaron al mutismo. La megafonía no hizo ningún anuncio. Los viajeros parecían detenidos en el tiempo y los operarios abandonaron sus puestos para participar en la concentración. Transcurrido el tiempo de silencio, la normalidad volvió rápidamente a las instalaciones aeroportuarias. No así el bullicio que suele imperar en las terminales madrileñas porque la jornada de ayer fue más silenciosa que de costumbre.

«Es mi trabajo, tengo que estar aquí», comentaba una azafata de Spanair que pronto recuperó su lugar tras el mostrador de facturación. «He puesto todo de mi parte pero me levanté con ganas de no venir», dice.

Su empeño y el de muchos de sus colegas permitieron sacar adelante los 1.227 trayectos que se desarrollaron ayer en Barajas, donde apenas hubo cancelaciones.

Porque el accidente no ha frenado el espíritu viajero del verano. Manuel Barajas, portavoz del aeropuerto, y Rafael Gallego, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Agencias de Viajes (FEAVV), coincidieron en señalar que se mantuvo el flujo de pasajeros propio de la época y las anulaciones, tanto de vuelos como de billetes, fueron las habituales. En las agencias de viajes 'on line' tampoco se apreciaron cancelaciones después de la tragedia. «Ni siquiera en los destinos a Canarias», comentó el responsable de una de ellas.

Francisco y Yanie llegaron el jueves por la mañana a Barajas procedentes de Canarias. Atrás dejaron una terminal que intentaba recobrar la calma para encontrarse otra donde el ambiente de sobrecogimiento tampoco acaba de desaparecer por completo. Él se muestra seguro pero ella reconoce que ha rezado más de la cuenta durante el trayecto.