La sonrisa forzada de David Cal
"Reventé y no hubo más", se sincera el pontevedrés
PEKÍN Actualizado: GuardarCuando has probado la gloria de las glorias, el resto de los manjares parece poco. Y eso le pasa a David Cal, nada menos que subcampeón olímpico de C-1 1.000 metros (de momento la mejor noticia de esta antepenúltima jornada de Juegos de Pekín de Pekín) a quien sólo el húngaro Attila Vadja le ha privado de volver a degustar a las mieles del oro que ya saboreó en esta misma distancia en Atenas 2004. La regata ha sido grandiosa, y el final igualado, pero desfavorable para el titánico pontevedrés. Mañana, otra oportunidad para Cal en el medio kilómetro.
Tras la fulgurante arrancada del uzbeco Vadim Menkov, en cabeza hasta la mitad del recorrido, a Vadja se le atisbaba en sexto lugar cuando restaba aún medio kilómetro de remo. Pero Vadja llegó a Pekín con un compromiso añadido, el de proclamarse campeón olímpico para dedicarle el oro a Gyorgy Kolonics, el medallista húngaro fallecido este verano a causa de un infarto, con cuyos éxitos ha crecido Attila.
Los 200 metros finales desencadenaron ya una pugna titánica entre dos deportistas de una misma generación. Buscó Cal el asalto al liderato de la prueba, que se le resistió durante los 1.000 metros, pero la fortaleza del húngaro ha resultado incontestable. El canadiense Thomas Hall ha obtenido la medalla de bronce.
A ratos sonriente pero sin el júbilo que a cualquier otro se le notaría con una medalla de plata al cuello, David Cal ha señalado que nada ha podido hacer ante la potencia de la palada del húngaro, quien ha cambiado el ritmo en la línea de los 750 metros para dejar sin opciones de victoria al español.
"Estaba luchando para ganar pero al final el húngaro fue más rápido que yo, aguantó más y no pude hacer nada, reventé y no hubo más", dijo Cal después de recoger en el podio su medalla de plata, tercera presea olímpica que consigue tras el oro y la plata de Atenas 2004.
"Un poco tocado" anímicamente
"Pensaba que íbamos los dos al límite pero el húngaro iba mejor que yo y al final ganó él", se ha sincerado Cal, que ha dado la impresión de hacer una salida bastante más floja que sus rivales. "Salí a mi ritmo, salí bien. Hubo gente que salió muy lanzada y después no llegó. Lo que cuenta al final es llegar, no como salgas, y llegué segundo y es lo que al final cuenta", afirma.
"Anímicamente estoy un poco tocado. Tenía muchas opciones de conseguir la de oro, luché -y a fe que también entrenó, concentrado semanas y semanas en los Arribes del Duero- y bueno, al final fue una medalla de plata, que está muy bien pero no sabe tan bien como la de oro, claro está", ha reconocido.
Cal, quien destaca las altas temperaturas y el alto grado de humedad en el Parque Olímpico de Remo y Piragüismo de Shunyi, tendrá mañana una segunda oportunidad para conseguir una presea dorada, en la regata C1 de los 500 metros.
"Creo que el rival más fuerte va a ser el ruso (Maxim Opalev), puede salir otro pero yo cuento con él. El húngaro (Attila Vabja) anda mejor en los 1.000 metros", analiza. "Queda descansar hoy, recuperarse bien y mañana todavía hay opciones y hay que luchar por ellas", señaló un Cal que no asegura que antes de la regata de hoy no se veía con más posibilidades en una que en la otra.