Conil disfruta de un modelo turístico regulado e integrado en el casco urbano
El municipio pone ahora en valor monumentos y protege seis millones de metros cuadrados de costa, los de las calas de Roche y la playa de Castilnovo
Actualizado:A pesar de los datos que esta semana facilitó Horeca respecto a la ocupación hotelera de Conil, en los que se apuntó que la afluencia de turistas a los alojamientos conileños bajó un 8% en la primera quincena de agosto, respecto al mismo periodo del año anterior, cualquiera que se dé una vuelta por el lugar comprueba que el pueblo está lleno de turistas. Los hosteleros de la localidad aseguran que ha bajado el número de consumidores en los bares y terrazas, y que los que se sientan en sus sillas consumen menos y más barato, pero que la playa sigue llena.
Pero, a pesar de la crisis económica que sufren los españoles -la mayoría de los visitantes de la localidad en verano-, Conil disfruta de uno de los desarrollos turísticos más ordenados de la Costa de la Luz gaditana.
Casi 11.000 plazas
Los 26 hoteles, las 34 pensiones y los 17 apartamentos turísticos tienen cubiertas sus casi 5.000 plazas durante casi todos los días del verano y en los siete campings, con 5.980 plazas, hay que esperar un golpe de suerte para poder acampar.
El secreto de este desarrollo ha estado en una mayor protección de las costas -con la descatalogación de 300.000 metros de suelo urbanizable en Roche y la protección de otros tantos en la playa de Castilnovo- y en un modelo de desarrollo integrado en el casco urbano. «Afortunadamente, aquí el turista deja los beneficios en el pueblo y esto nos ayuda a poder ofrecer unos servicios dignos como la recogida de basuras», explicó Pepa Amado, concejala de Turismo de Conil.
Para el desarrollo del municipio ha sido fundamental la construcción de la Ronda Norte, que se abrió hace dos veranos junto con la A-48, y que reordenó el tráfico en el casco urbano-a pesar de lo cual el centro sigue sufriendo atascos en julio y agosto-. Ahora el pueblo trabaja en la rehabilitación de tres monumentos fundamentales en la cultura conileña y que tendrán un enfoque eminentemente turístico: el Castillo de Santa Catalina, la Torre de Guzmán y el edificio de La Chanca -sala de salazón y almacén de las almadrabas, construido en el siglo XVI-.
Hacia la calidad
Conil ha pasado en quince años de ser un destino para jóvenes y familias con poco poder adquisitivo ha ser referencia nacional de la Costa de la Luz para un turista de mayor poderío económico, algo que se ve en los visitantes que buscan información en la oficina municipal. En este servicio se atiende durante los días más fuertes del verano a más de 500 turistas. «Cada vez llegan más», aseguró una de las trabajadoras municipales, «y con intereses más diversos, sobre las actividades de ocio y sobre el entorno de Conil», explicó. Desde este año, la oficina cuenta con la Q de Calidad y dispone de un punto de información turística a pie de playa.
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