ANÁLISIS

Espectáculo

Eso es lo que proporcionó una vez más la final de 1.500 metros. Desde fuera me pareció que algunos de los llamados a ocupar las plazas delanteras erraron en su táctica y/o maniobras. Aunque ya se sabe que desde la barrera... es más fácil.

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El espigado keniata Asbel Kiprop decidió lanzar la carrera, en mi opinión fue demasiado generoso. A él no le hacía falta tanto y quizás ese gasto hasta el 800 a un ritmo nada desdeñable, le hizo falta para asustar aRamzi. Después el pequeño y versátil Choge tomó el mando, pero para entonces Ramzi, Iguider, Willis, y Mansoor ya afilaban el cuchillo.

Por detrás monsieur facilité Baala tardaba una eternidad en presentar su candidatura e Higuero, tras su estela, sufría las consecuencias. Por allí viajaban un atleta muy incómodo para quien lo quiera pasar, Juan van Dventer y el británico Baddeley.

Al pasar el 1.200 (2'53''), la locura. Ataque desaforado de Ramzi ante la rocosa oposición de Mansoor, que acaba cediendo ante el ímpetu del magrebí. Por fuera, sin tocarse con nadie, emerge de nuevo la zancada imperial de Asbel Kiprop, que por momentos parece con capacidad para el oro. Iguider intenta tomar la alternativa, después de brillar desde júnior. Willis se aferra al podio con una actuación desconocida para él, no así para su país que no tocaba las medallas en 1.500 desde que John Walker ganara en Montreal'76.

Todo esto mientras Baala intenta un eslalom a la desesperada, y con él Juan Carlos Higuero, el único español en la final. Tal vez, y sólo tal vez, a Higuero le falló la rueda a seguir, pero en unos últimos 60/70 metros arañó tres puestos con casta.

Al final valiosísimo diploma que viaja para Aranda. Lejos de nacionalismos, analizando la lista de salida y los resultados del año, Higuero estuvo excelente con el que considero su mejor resultado internacional. Nuestros especialistas en disco DJ Pestano y DJ Casañascorrieron suerte dispar. Muchas eran las esperanzas puestas en Pestano. Su espectacular récord de España (69,50m) hacía presagiar algo grande, pero Mario no tuvo su día, no encontró el camino para que su disco surcase los aires pequineses como él acostumbra, quedando fuera de la lucha por los metales.

Por su parte Frank Casañas, tan acelerado como siempre, consiguió un gran lanzamiento para terminar quinto, metido de lleno donde le corresponde a un tipo como él, poseedor de una fortaleza extraordinaria y una coordinación de atleta completo. El oro para el estonio Kanter.