
La mirada más veloz
Con un físico prodigioso, Nadal ha tenido que ganar cinco grandes torneos para suceder a Federer
Actualizado: GuardarAhora hay estudios sobre todo. Hasta de cada movimiento de los tenistas. Según un informe realizado por Pau Dorochenko, la mayoría de los jugadores son derechos tanto de mano como de ojo. Sólo unos pocos son derechos de vista y zurdos de brazo. Y sólo Rafael Nadal lo tiene todo: su naturaleza es derecha, así escribe y come; sin embargo, juega a tenis con la izquierda, como al fútbol, y, además, su mirada es zurda. Lo cubre todo. Lo ve todo. Y antes que el resto. Ésa es una de las claves del número uno. Claro que todo eso, sin recurrir a ordenadores, vídeos y biomecánicos, ya lo supo hace mucho Jofré Porta, uno de los primeros entrenadores de Nadal en la Escuela Balear de Deportes. Fue aquel día: «Rafa tenía doce años. Estaba jugando un partido. Subió a la red y su adversario quiso sobrepasarle con un globo. Yo estaba sentado al borde de la pista. Y justo en ese momento se me cayó un bote de pelotas, pero pude cogerlo antes de que llegara al suelo. Rafa ganó aquel punto con su 'smash'. Al sentarse tras concluir el juego, me dijo: 'Menos mal que no se te ha caído el bote, ¿eh?'». Ahí lo supo Porta. El ojo prodigioso de Nadal. Su concentración de tirador. Joan Forcades, su actual entrenador físico, señala la clave más simple del tenis: «El que ve antes la bola, gana. Se trata de coordinar la velocidad del ojo y la de las piernas». Llámese intuición, instinto o genio.
Más completo
Nadal cogió una raqueta con cuatro años. Su tío Toni, su sombra protectora desde entonces, le daba al pimpón. El crío jugaba con las dos manos. Algo inusual. Casi nadie en el circuito mundial lo hace (Santoro, Salomon). Hay que elegir. Y como el chaval era diestro, pues decidieron que jugara con la zurda. Más completo. Ahora se comprueba el acierto. Hoy se ha convertido en el número uno del mundo.
Es ya el vigesimocuarto tenista que llega tan alto. El tercer español que lo consigue (se suma a Juan Carlos Ferrero, que estuvo ahí ocho semanas en 2003, y a Carlos Moyá, que lo fue durante una semana de 1999). Y, sobre todo, ya no es el mejor segundo tenista de la historia. Al fin ha sacado la cabeza por encima de Roger Federer. Algo así como aplastar a Lance Armstrong en el Tour de Francia. Con el americano nadie pudo. Con Federer, el jugador que más tiempo seguido (237 semanas) ha sido el rey del circuito, ha podido Nadal. Sin el suizo, el mallorquín habría batido ya todos los récords de precocidad. Aun así, sólo el australiano Hewitt llegó antes al liderato (20 años) de la ATP. Nadal tiene 22.
Pero su mérito es mayor. Ha sido una misión colosal. Tuvo que perseguir a Federer durante tres años. Defender en dos partidos a vida o muerte frente a Djokovic su segunda plaza en al ATP. Y, además, ha tenido que ganar cinco torneos del Grand Slam y una treintena de títulos más para alcanzar la cima. Nadie lo tuvo tan difícil: Federer, por ejempo, se hizo 'número uno' con dos victorias de Grand Slam y catorce torneos. Sampras sólo había vencido en el US Open. Y Lendl ni siquiera tenía un gran torneo aún en sus vitrinas. Doblegar a Roger Federer ha sido cosa de titán. De arar y arar sobre tierra, hierba y cemento, la superficie más dura para un mallorquín. Nadal, la historia de un empeño: cuatro títulos en Roland Garros, el maravilloso y épico triunfo este año en Wimbledon, la medalla olímpica en Pekín... Ya es el número uno que sustituyó a Federer, al mejor de la historia. No es lo mismo ganarle el Tour a Valkowiak que a Merckx. Hace falta ser diestro y jugar con la zurda, tener las dos mejores piernas del circuito y también los ojos más rápidos. Giratorios. Orbitando sobre toda la pista.
Es el universo Nadal. El único jugador que ha cuestionado la supremacía histórica de Federer. El suizo perfecto. Pero siempre le quedará un hueco por cubrir: lo tiene todo menos Roland Garros. De ahí nunca pudo echar al indio mallorquín. Su heredero. Que sólo tiene 22 años.