'La Pepa', de vacaciones
Actualizado:ué le puede estar pasando a la sociedad gaditana para que una parte de ella haya asumido que el Cádiz tiene que estar en Segunda A porque de lo contrario se estaría cometiendo una injusticia de proporciones similares a las de ver a otro agresor de mujeres paseando su chulería por las calles? El caso no admite debate. En la tierra de La Pepa, cualquiera que ose cuestionar los derechos que avalan a un movimiento social que ha ensombrecido incluso a las justas reivindicaciones de los ex trabajadores de Delphi es dilapidado profesional e intelectualmente. El cadismo es el leit motiv. Hasta tal punto llegan sus tentáculos que sus profetas condenan al pelotón de analistas de esta esperpéntica realidad a vestir de pies a cabeza de amarillo para reflexionar sobre lo que ven a diario. Todo bajo la amenaza de ser proscritos en tertulias, bares y chats; rincones donde el cotilleo de los programas del corazón se queda en una broma barata. Malos vientos soplan si una sociedad, un club y sus aficionados no aceptan que es posible otra corriente de opinión, que la crítica -desde la mesura- es muy necesaria para que un pueblo alcance su madurez. Sobre todo, si el objeto de la discordia es un equipo que se ganó a pulso un descenso que sólo una chirriante jugarreta de despachos pretende evitar. Aunque algunos sí hemos dado por bueno lo que deparó la competición liguera sobre los terrenos de juego y en los vestuarios. Una valoración de los hechos que nos ha permitido dormir a pierna suelta, sin ningún remordimiento, para disfrutar de unas merecidas vacaciones y de las proezas de Michael Phelps, el más grande deportista que jamás haya surcado una piscina. Con el paso de las semanas, ya tendremos tiempo de volver al trabajo, a la cruda realidad y preguntarnos dónde queda Roquetas de Mar, primera parada y fonda en Segunda B.