Bolt asombra al mundo
El jamaicano apabulla a sus rivales en la final de 100 metros y establece un récord de otra galaxia mientras festeja su victoria
Actualizado: GuardarEl crono hecho ayer por Usain Bolt (9.69) en la esperada final olímpica de los 100 metros y la forma que tuvo el jamaicano de correr la misma nos llevan a la pregunta de dónde está el tope humano en cuanto a la velocidad explosiva se refiere. En el momento en que a Bolt (sus 21 años indican que hay mucho tiempo aún para trabajar con él) le coloquen una ropa aerodinámica en vez de la camiseta de baloncestista de la NBA que lleva, casi toda sacada por fuera del pantalón, aprenda a ganar unas milésimas en su salida (fue el segundo peor en reaccionar tras el pistoletazo), no se despiste tanto en la carrera (hay que dejar de saludar al público antes de llegar y no frenarse a 20 metros del final tras verse campeón), y haya un poco más de viento (esta final se corrió con una fuerza 0 y se puede llegar para ser válida hasta +2), su marca de 9.69 caerá. De la misma manera que ayer cayó el anterior tope mundial que él mismo había establecido el 31 de mayo cuando corrió en 9.72.
Pero así es Bolt y así ha conseguido todo lo que tiene. Frente a la fuerte concentración que parecen tener todos los velocistas y los gestos desafiantes al más puro estilo Maurice Greene, Usain Bolt disfruta en los tacos de salida haciendo el arquero, va repartiendo besos a la grada en los últimos metros y puede que, como ayer, se de golpes en el pecho como campeón unos metros antes de cruzar la línea de meta.
Ya lo había avisado el viernes el campeón español David Rodríguez cuando vio como Bolt había corrido los cuartos de final en 9.92 dejándose llevar en los últimos 40 metros. «Es increíble, está para 9.65», dijo. Y no se equivocó en mucho.
Ya en semifinales dio el primer aviso de lo que luego podía venir al marcar un crono de 9.85 corriendo con cara de aburrido, como si todos estos trámites no le motivasen lo suficiente y quisiera ir ya directo al gran duelo. Powell ganó su serie también, aunque en 9.95 y, sorpresa, Gay no se clasificó para la final. Fue quinto (10.05). La lesión en los isquiotibiales que sufrió el 5 de julio cuando disputaba los 'trials' americanos le pasaron factura.
Sin Gay en la final
El duelo a tres bandas se había quedado en un mano a mano. Pero no por eso decreció la emoción ni la intensidad con la que se vivió la carrera. Luego no fue ni duelo, ni mano a mano por la superioridad aplastante de Bolt y porque Powell volvió a demostrar que no es un competidor y que la presión puede con él cuando de grandes citas se refiere. Era el único superviviente de la histórica final de Atenas de hace cuatro años, pero como en aquella ocasión acabó en quinto lugar y hasta con peor marca (9.94 por 9.95). Peor, incluso, que en el Mundial del año pasado en Osaka donde quedó tercero.
El paso obligado por las semifinales dejó la final en un duelo caribeño, con los tres jamaicanos clasificados (Bolt, Powell y Frater), dos de Trinidad (Thompson y Burns) y el punto exótico de Churrandy Martina, de las Antillas Holandesas. Junto a ellos, los americanos Dix y Patton. A Bolt no le importó nada que en este Estadio Olímpico no hubiese nada de viento. Es tan cerrado por dentro que impide la entrada del viento por ningún lado, haciendo en pista una temperatura superior que la del ambiente. Tampoco le importó haber hecho la segunda peor salida. Su fuerte aceleración y su potente zancada fruto de sus 1,95 metros, ya le habían puesto en primer lugar a mitad de la prueba.
Y a velocidad lanzada, Bolt es imbatible. Tanto que a falta de 20 metros para el final abrió los brazos en cruz en vez de bracear y poco antes de pisar la línea de meta se daba puñetazos en el pecho. Pese a todo, 9.69. ¿Qué habría pasado de haber hecho la misma carrera en el mismo tiempo hasta el metro 80 un hombre de la fortaleza de piernas de Justin Gatlin, o de la cabeza pensante de Maurice Greene?
La medalla de plata fue para Richard Thompson (Trinidad), con un crono de 9.89 y la de bronce, para Walter Dix (EE.UU.), con 9.91. Les siguieron Martina (Aho., 9.93), Powell (Jam., 9,95), Frater (Jam., 9.97), Burns (Tri.), 10.01 y Patton (EE UU), 10.03. Es decir, al margen de las preseas, una carrera en la que un atleta (Bolt) hizo hecho récord del mundo, otro (Martina), récord nacional, cinco (ambos, más Thompson, Dix y Frater) mejoraron sus marcas personales y seis de los ocho finalistas bajaron de diez segundos. Casi nada.