REPASO. Jesús, su padre y Nene con los preparativos de la barbacoa . / LA VOZ
Ciudadanos

«Todo preparado para el gran día»

A tan sólo unas horas para la gran cita del Trofeo Carranza, Jesús, Fran, Dani y Leo se organizan con sus amigos y preparan la comida que llevarán a la playa

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El día previo a la celebración de la final del gran Trofeo Carranza el grupo de jóvenes gaditanos al que LA VOZ acompaña en su particular camino hacia las barbacoas ultiman los preparativos para esta noche. Fran, Dani y Leo se reúnen con el resto de amigos en el «parquesito», como ellos lo llaman. De nuevo, los Jardines de los Cinco Continentes se convierten en su punto de reunión. Allí discuten sobre cómo trasladarán la comida y los enseres a la playa, y qué cosas hay que terminar de comprar hoy mismo. «Necesitamos un coche para cargarlo con las cosas más pesadas: las botellas, las sillas, las sombrillas y las mesas», propone Fran. «El resto nos los repartimos entre todos y cada uno lleva lo suyo a la hora que le toque llegar a la playa», acuerdan entre todos.

Para conseguir un espacio amplio, tienen por costumbre apostarse en la playa a partir de las tres de la tarde y guardar el sitio en tres turnos. El primero es de tres a seis de la tarde. A estas horas se comprometen a ir Lolo, Fran, Leo, Dani y Jesús. El segundo turno empieza a las seis y termina a las nueve de la noche. Javi, Nene, Antonio y Ripoll deben estar allí puntuales. El último turno, de nueve a once, se reparte entre el resto de colegas que se organizan por su cuenta. Estos se ofrecen voluntarios para ocupar su lugar y dejarles tiempo para que vayan a sus casas a cambiarse y prepararse para la esperada noche.

Problemas

Surge un problema peliagudo. «¿Dónde metemos las 15 bolsas de hielo?». Es difícil repartirlas entre todos y llenar los congeladores de sus casas porque «mi madre, como todos los años, se va a enfadar con tanto tiesto de por medio», apunta Dani. Al final deciden arriesgarse a comprarlo a última hora en el Mercadona «que está más barato».

A las siete de la tarde, Fran, Dani y Leo se dirigen a la casa de Jesús, el encargado de comprar la carne, para ayudarle a montar los pinchitos y a ordenar los filetes en bandejas. De repente, comenta Dani en la cocina: «Yo creo que va a sobrar cerveza». «No te preocupes que ya me encargo yo de que eso no pase», responde Fran, que en ese instante se limpiaba las manos amarillas del aliño de la carne.

No falta ni un detalle

Después de acabar de insertar el segundo kilo de pinchitos, continúan discutiendo sobre la compra de ayer. «¿Y si nos quedamos sin pan?», prosigue Dani; «pues compramos un paquete de pan de molde o nos comemos los filetes como sea», le interrumpe Leo. La preocupación y los nervios aumentaban a la vez que insertaban los pinchitos.

Un último detalle que aún faltaba por aclarar es si todo el mundo había pagado los 10 euros para la barbacoa y, también, había que confirmar si alguien no podría asistir al final. Pero esos asuntos nunca se terminan por saber a ciencia cierta.

Lo importante era que al final de la tarde ya estaba todo preparado para el gran día de las barbacoas del Trofeo Carranza. ¿Que empiece la fiesta!.