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«En el de Lengua ponía Ana por Juan»

Tres alumnos de Primaria cuentan las historias que otros compañeros dejaron escritas entre borrones y tachones en los libros gratuitos que recibieron el curso pasado

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Los libros cuentan historias y entre sus hojas se encuentran historias personales. Unas se pintan a garabatos y otras con ceras de colores. Son las señas de identidad de sus dueños. Julio Sánchez tiene doce años y el pasado junio entregó en el colegio de Valdelagrana el paquete de libros que había utilizado en su último curso de Primaria. En septiembre estará en 1º de ESO y sus padres tienen claro que este año no se acogerán a la oferta de libros gratuitos de la Junta. La iniacitiva que puso en marcha Educación en 2006 consiste en que los libros se hereden, que pasen de un alumno a otro como si fuera el testigo de una carrera.

Julio se acordará siempre del enorme corazón con la inscripición «Ana por Juan» que había dejado en mitad del libro de Lengua su antiguo dueño. No lo conoce. No sabe quién es. Sólo tiene como referencia sus rayones y la letra. «El libro de Lengua y el de Religión estaban muy usados y llenos de tachones, pero el de Cono y Matemáticas estaban perfectos», dice .

La iniciativa de los libros de segunda mano persigue, entre otras cosas, que los alumnos los cuiden y sean conscientes de que otro compañero los recibirá el curso siguiente. Sin embargo, el estado en el que se entregan muchos de estos libros no es el más deseado. Andrés de la Rubia tiene doce años y sus padres tienen previsto hacer este año la reserva de los libros en Carrefour, «porque no sé lo que me puedo encontrar en los libros de segunda mano del próximo curso».

Durante años, la familia de Andrés compraba los libros en la papelería Bollullos de El Puerto y era un día de fiesta el estreno del material escolar. Andrés se ha beneficiado en los dos últimos cursos de los libros gratuitos, «pero tiene la ventaja de que no pagas 75 euros, aunque no puedes repasar en verano los textos».

Los alumnos tienen que entregar a mediados de junio los libros al tutor, que hace una evaluación del estado de las pastas y de las hojas. En la contraportada lleva el sello donde se anota la evolución del libro. Jorge tiene once años y también estará el próximo curso en 1º de ESO, sin embargo no olvidará las manchas de aceite que tenía su libro de inglés y las cuatro páginas que le faltaban. Jorge tuvo suerte en el reparto de los libros de segunda mano. Cuando inició el curso el año pasado se sortearon varios paquetes de libros nuevos y tuvo la suerte de pillar un pleno, es decir, casi todos nuevos, «menos el de inglés, que estaba pintado y lleno de letras».

Jorge entró en 4º de Primaria hace dos años en el CEIP Valdelagrana de El Puerto y sólo conoce al dueño de su libro de inglés por referencias -«sé que se llama Juan porque lo pone en varios sitios»-.

Julio Sánchez reconoce que los libros que le tocaron el curso pasado estaban demasiado usados y su dueño había utilizado el bolígrafo en vez del lápiz, «por eso, algunos ejercicios tenían la respuesta escrita y no se podía estudiar».

Libros para todos

Educación culmina este año el plan de libros gratuitos. Los alumnos de 2º y 4º de ESO de los colegios públicos recibirán este curso los libros de texto de forma gratuita. En total serán casi 30.000 estudiantes de la provincia los que se beneficien de esta medida puesta en marcha por la Consejería de Educación y que permitirá extender este programa a toda la enseñanza obligatoria. Hasta el momento sólo 29.833 alumnos de ESO recibían esta ayuda, mientras que ahora el número crecerá hasta los más de 60.000 matriculados en la provincia, de los cuales más de 46.000 cursan sus estudios en centros públicos .

Andrés, Julio y Jorge reconocen que si pudieran cogerían los libros y los colocarían en pila para hacer una hoguera en San Juan. Sería la mejor forma de celebrar el final del curso.