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La diversión prima en la conciencia ciudadana
El cuidado de la playa pesa cada vez más en los gaditanos a la hora de valorar la celebración de la final del Trofeo
Actualizado: GuardarSi por algo se caracterizan las barbacoas es porque no dejan indiferentes a nadie. Existe aquel que es defensor acérrimo de las libertades y otros que priorizan el cuidado de la naturaleza sobre la diversión y el entretenimiento. Muchos prefieren no posicionarse y siempre encuentran un pero en su respuesta.
Parece ser que la polémica suscitada desde escalafones superiores ha calado en la sociedad. En lo que no hay variable es en que la celebración de la final del Trofeo Carranza en las playas con las famosas barbacoas ha tomado un protagonismo que no todos comparten. Cuenta el poeta gaditano Jesús Fernández Palacios que las barbacoas se originaron como «un acto espontáneo» entre las mujeres que esperaban alrededor del estadio cenando con sus hijos a que sus maridos salieran de ver el fútbol. Después se fueron uniendo grupos de jóvenes en la arena. El chirigotero José Luis García-Cossío recuerda cuando «los amigos nos íbamos a la playa a comer o sólo a beber para echar el rato y disfrutar con la guitarra. Se hacía de forma natural y no había un día establecido para ello».
En lo que todos coinciden es que «son otros tiempos». Para Emilio Aragón, director de Obra Social de Cajasol, «sigue siendo algo original, pero con la diferencia de que ya no se hace uso de la playa sino abuso». Precisamente, el cuidado de la playa es el motivo por el que muchos gaditanos reniegan de esta celebración. Para el escritor José Manuel Benítez Ariza «la fiesta es como la de otros pueblos donde se tiran tomates o matan patos, fiestas que traen más perjuicios que beneficios». La conciencia ciudadana es, en estos casos, imprescindible. Así, Ramón de Cózar, profesor de Ciencias Naúticas en la Universidad de Cádiz, apela a la civilización: «me muestro a favor, aunque el espectáculo a las ocho de la mañana es terrible, parece que un tsunami ha arrastrado todos los escombros a la playa».
A algunos gaditanos los compromisos laborales no le permiten disfrutar de las barbacoas como es el caso del cantante Miguel Nández «no puedo porque tengo que cantar en Málaga». Para otros los años comienzan a ser un inconveniente, como explica el ex-entrenador del Cádiz, José González: «con la edad se ve de otra forma, con los 20 estaba a favor pero ahora hay muchos excesos».
El «esto ya no es lo que era» es un factor común en todos ellos. Y es que la multitud que esa noche se da cita en la playa ha sustituido al grupo de familias y amigos que, de forma espontánea, se reunían en la playa. Pese a las diferencias, el sábado muchos estarán al calor de una barbacoa.