Es necesario mejorar
Poner el despertador a las tres menos cuarto, ver una primera parte soporífera y una segunda mediocre, decir que el equipo está bien cuando no lo está, recurrir a frases como 'lo único importante es el resultado' y escribirles a ustedes unas líneas es un poco duro, pero vamos a ello.
Actualizado: GuardarPor lo visto hasta ayer, la selección va de más a menos. Un cambio de estilo mal asimilado, la falta de tiempo para entrenarlo y algunos cambios de jugadores han vulgarizado el juego del equipo. Esos cambios han trastocado la paz con que vivían los jugadores y sus opciones en el grupo. Pongamos como ejemplo el puesto de base. Antes Calderón era el jefe, Cabezas daba relevos y Sergio Rodríguez estaba por si era necesario revolucionar el juego. Ahora, ¿quién es el jefe? Quizá Calderón, quien presionado por Ricky se ve obligado a tirar más de la cuenta, dándose el hecho curioso de que el mejor asistente de la NBA por minutos jugados lleva en Pekín dos asistencias en tres partidos. O tal vez sea el emergente badalonés. Sólo faltaría que Raúl tenga ocho minutos primorosos y se quede con el puesto. El asunto no está claro. Tampoco lo está en la estrella exterior, que ya parece que no va a ser Navarro, sino Rudy. En este momento cabe una reflexión sobre cómo le ha ido el año al barcelonista en la NBA. Y cómo le irá al ex badalonés en Portland. Pero el equipo sigue ganando y entonces, ¿por qué el pesimismo? Por los resultados, no; por el cansancio, tampoco. Quizá la razón sea la falta de actividad y pasión de los nuestros. Han perdido su espíritu joven, el deseo de divertirse y la confianza en que son mejores y han dado paso a una seriedad profesional que les sitúa en el mismo estilo que argentinos, griegos o lituanos. El partido contra EE UU es oportuno. Puede devolvernos la confianza, ya que de jugar como hasta ahora hablar de oro es pura quimera.