¿Una España nueva?
Sólo Ricky y Rudy entienden la filosofía del nuevo seleccionador de España. Lógico por otra parte al haber estado con él tres años en el Joventut de Badalona. Conocen algo tan sencillo como que los minutos de juego hay que aprovecharlos brindándole al equipo un esfuerzo máximo. Lo intentan Calderón, Berni Rodríguez, Felipe, Marc y Jiménez, pero están lejos de mantener una continuidad.
Actualizado: GuardarMás preocupante es la falta de sintonía con la idea de Navarro, Gasol y Garbajosa. De cara al futuro, el asunto puede llegar a ser preocupante. España, al ritmo de estas figuras, es un buen conjunto, pero hay que recordar que ya perdió un Campeonato de Europa en Madrid ante la selección de Rusia. Intento decir con esto que a este ritmo somos vulnerables o por un mal día o por mala suerte o por el talento de los jugadores contrarios, que también lo tienen.
Valorar la victoria de ayer ante los anfitriones como un éxito sería ocultar unas debilidades que convienen solucionar cuanto antes. A Aíto se le presenta un dilema que debe solucionar con prontitud: o convence a todo su equipo de cómo debe competir o confía los resultados a la clase de algunos de sus jugadores. En este caso, los nuestros serán aspirantes a una medalla de plata, pero nada más, puesto que jugando así, no somos superiores a rusos, argentinos o lituanos, por poner un ejemplo. Sólo lo seríamos poniendo una marcha más a nuestro juego, aunque sea sacrificando la tendencia al baloncesto espectáculo de que hace gala. Los baloncestistas chinos nos regalaron el partido en su campo. Se asustaron ante la real posibilidad de ganar a una de las selecciones favoritas de estos Juegos Olímpicos. Ver a su base subir el balón en los últimos minutos del encuentro teniendo enfrente al depredador Ricky Rubio y no ser capaces de ceder esta función a cualquier otro jugador del equipo es una muestra de que ni en un día como el de ayer los chinos puedan ganarnos.