SALIDA. El primer grupo de temporeros hacia Francia salió el lunes desde Alcalá del Valle. En la imagen, cargando las maletas. / LA VOZ
Ciudadanos

«La crisis ha resucitado la vendimia»

La primera cuadrilla de 47 trabajadores parte de Alcalá del Valle y ya se encuentra en campo francés Comienza la campaña de la manzana y muchos seguirán hasta septiembre con la uva

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La explosión de la burbuja inmobiliaria ha hecho resurgir una vieja tradición española casi en fase de extinción. La crisis del ladrillo ha devuelto la emigración a Francia para trabajar en la recogida de la uva. Si el año pasado fueron unos 200 jornaleros de la provincia de Cádiz los que se unieron a la vendimia del país vecino -750 temporeros, incluyendo las campañas de la manzana y el melocotón-, este año serán 800 los que se dediquen a la recolección de la uva, según calculan los sindicatos. Esta cifra será mayor una vez que se sumen el resto de las campañas.

La primera cuadrilla de gaditanos partió el pasado lunes en autobús desde la localidad serrana de Alcalá del Valle y llegó ayer a Francia. Son 47 trabajadores que pasarán las próximas dos semanas en el municipio francés de Les Barthes, en la comarca francesa de Montalbán. Este enclave rural, incrustado en la cordillera de los Pirineos, se ha convertido en una de las regiones clave para la economía de los centenares de gaditanos que participan cada año en las campañas agrícolas del país vecino.

«La crisis ha resucitado la vendimia y el trabajo en el campo francés», asegura a LA VOZ Francisco Ponce, de 44 años, que ya se encuentra instalado en uno de los pabellones de la finca donde trabajará los próximos meses. Francisco forma parte de esta primera avanzadilla de temporeros y está a cargo de la cuadrilla de gaditanos «que este año somos mayoría». Reconoce que en los últimos años ha cambiado el perfil de los trabajadores que van a vendimiar a Francia. Entonces, eran los más jóvenes los que acudían a los centros agrarios a inscribirse. Sin embargo, la situación ha cambiado este año. El paro en la construcción ha traido otra mano de obra a Francia.

Francisco explica que la crisis económica y la pérdida de empleo en el sector de la construcción ha empujado a muchos gaditanos a trabajar en las campañas agrícolas francesas. «La novedad es que entre los temporeros hay muchos albañiles y antiguos empleados de la obra», señala Francisco, que llegó por primera vez a Francia con 13 años. No le falta razón. El último dato de junio arrojaba en la provincia unos 20.000 desempleados del ladrillo y la patronal anunciaba que se llegaría a los 40.000 a final de año. Su hermano Alonso, instalado también en uno de los pabellones, comenta que el tipo de temporeros ha variado, mientras se dedica a organizar a la cuadrilla para el almuerzo.

Del centenar de agricultores que forman el contingente que dirige Francisco Ponce, 47 proceden de Alcalá del Valle y el resto son polacos. «La presencia de marroquíes ha sido sustituida poco a poco por trabajadores de la Europa del Este».

De momento, la avanzadilla gaditana trabaja en la campaña de la manzana. Sin embargo, cuando acabe esta recolección «muchos la empalmarán con la vendimia de la uva», que no comenzará hasta finales de agosto, como bien sabe Francisco, que lleva una década a cargo del contingente de temporeros de la provincia.

La tarea de capataz recaía antes sobre los hombros de su padre, Vitorino, que pasó casi cuatro décadas viajando a Francia. Vitorino Ponce comenta que «las cosas han cambiado mucho desde entonces. «Los barracones colectivos son ahora habitaciones dobles o sencillas; y los incómodos viajes de dos días en tren para pasar los controles de emigración de la frontera francesa, han sido sustituidos por trayectos de una noche en autobús», explica.

No obstante, esta primera cuadrilla de jornaleros es sólo un adelanto. Aunque los sindicatos coinciden en que los gaditanos de la vendimia francesa sumarán los 800, hay quien piensa que «no sería extraño que esta temporada superaran el millar», según aventura Andrés Barquero, portavoz del sindicato UGT en Alcalá.

Barquero también ha pasado largas temporadas en el campo francés. Y ha nacido en la localidad serrana, de donde salen buena parte de los vendimiadores de la provincia. El resto parten, en su mayoría, de Espera y San José del Valle.

El precio del jornal, que se paga a ocho euros la hora, deja una buena ganancia en el bolsillo de los gaditanos, que se embolsan unos 4.200 euros por cerca de dos meses de campaña. Una jugosa razón que explica por qué, junto con la pérdida de puestos de trabajo en la construcción, muchos albañiles se marchan a trabajar los cultivos del país vecino.

«Los ingresos del campo francés son fundamentales para conseguir que me cuadren las cuentas familiares y conseguir salir adelante», admite, por su parte, Antonio Ayala, temporero gaditano de 44 años, que, entre otros trabajos «esporádicos», se ha dedicado en buena parte a la construcción.

Entre los gaditanos en Francia ha sido fácil otros años combinar el ladrillo con las tareas del campo. Pero ahora sólo les ha quedado una opción a los albañiles.

esanmartin@lavozdigital.es