FUTURO INCIERTO. Musharraf preside la toma de posesión del primer ministro, Raza Gilani, el pasado marzo. / REUTERS
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Pakistán acorrala a Musharraf

El Gobierno de coalición anuncia la presentación de una moción de censura para destituir al presidente por «incompetencia»

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«Derrotaré a aquellos que intentan ponerme contra la pared. Si se valen de su derecho para intentar derrocarme, yo tengo derecho a defenderme». Esta fue la respuesta del presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, según recogía el diario 'Dawn', al conocer ayer la noticia de la moción de censura que el Gobierno de coalición ha acordado presentar contra el ex general. Los líderes de los dos principales partidos Nawaz Sharif, de la Liga Musulmana N (PML-N), y Ali Zardari, del Partido Popular de Pakistán (PPP) y viudo de Benazir Bhutto, anunciaron después de tres días de conversaciones y cinco meses de rumores el inicio de un proceso de destitución de Musharraf.

La defensa de su cargo la inició el antiguo máximo jefe del Ejército con la cancelación del viaje a Pekín con motivo de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, en la que finalmente estará presente el primer ministro, Yousuf Raza Gilani. El presidente se reunió más tarde con sus aliados de la Liga Musulmana Q (PML-Q) para analizar la situación y pedirles su apoyo en las próximas semanas. El diario 'Dawn' también apuntaba que al parecer mantuvo «un encuentro con el jefe de las Fuerzas Armadas, general Kayani». Y es que además de la vía política, Musharraf se guarda en la manga dos cartas drásticas que le permitirían seguir en su puesto: la disolución del Parlamento y la declaración del estado de excepción, pero para ello sería imprescindible contar con el apoyo total del Ejército.

«Tenemos buenas noticias para la democracia», declaró Ali Zardari como preámbulo del anuncio de la decisión de iniciar los trámites para presentar la moción de censura. El motivo esgrimido por el líder del PPP, principal fuerza del país asiático y partido más votado en las elecciones del pasado febrero, ha sido «la incompetencia de Musharraf que ha debilitado al país. Su política económica en sus años al frente de Pakistán nos ha llevado al actual punto muerto». Sharif, líder de la segunda fuerza política y aliada del PPP en la actual coalición de Gobierno, por su parte, manifestó que este proceso empezará «en los próximos días».

La presión de Sharif sobre el viudo de Bhutto para ir contra el ex responsable militar ha sido muy fuerte en estos cinco meses de gobierno conjunto ya que no hay que olvidar que el líder del PML-N fue el primer ministro que sufrió el golpe de Estado que llevó a Musharraf al poder en 1999. Desde entonces ambos han mantenido una guerra dialéctica que ahora recupera su punto más álgido.

Iniciativa inédita

Los socios del Ejecutivo se disponen a poner en marcha una iniciativa legal, aunque inédita en la historia de Pakistán, para la que deben darse una serie de pasos. En primer lugar, es necesaria una votación conjunta de Parlamento y Senado y el respaldo de al menos el 50% de los cargos electos. Superado el trámite, se deben presentar los motivos por los que se quiere destituir al máximo mandatario del país y a partir de aquí se abre un plazo de quince días antes de una votación definitiva en la que dos tercios de las cámaras deberán postularse a favor de la moción para que salga adelante. El propio Musharraf podría acudir ante el Parlamento y el Senado para defenderse de los cargos presentados en su contra.

La supremacía de los partidarios que dirigen Zardari y Sharif es clara en la Cámara baja, pero no así en la alta donde el ex general cuenta con el 40% de los representantes, por lo que la votación final va a estar muy reñida para poder alcanzar los votos que exige la ley para aprobar la moción de censura.

«El Gobierno lo que pretende es afianzar la transición hacia la democracia», según Zardari, que adelantó que si la medida prospera los jueces destituidos por Musharraf el pasado noviembre serían «inmediatamente repuestos» en sus cargos. Sea cual sea el desenlace próximo, lo que está claro es que Pakistán se adentra en un proceso desconocido para su democracia.