Ramon Serrano. Fundación Vicente Ferrer
Solidaridad

La otra cara del mundo

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No queda a tiro de piedra, ni mucho menos. Ni es el lugar ideal para ir de vacaciones. Digamos que no tiene mucho que ver con la tierra gaditana, bendecida por el sol y venerada por los turistas. Anantapur, en el sur de la India, se distingue por su pobreza, sus castas y su dura realidad.

El día a día discurre entre ancianos, polvo, gallinas vivas colgadas del manillar de una bicicleta y gente hacinada en un medio de transporte rudimentario de apenas un metro cuadrado. La sequía tampoco les da tregua, y les acompaña durante casi todo el año, echando a perder la base de su economía, la agricultura.

Pero Anantapur, una de las regiones más castigadas del planeta, cuenta con el apoyo incondicional de cientos de voluntarios que luchan para que salga adelante. Cuenta con un sustento incondicional que la hace única a su manera.

La Fundación Vicente Ferrer es una ONG afincada allí desde hace más de 50 años. 'Los hijos de Dios' como Gandhi los llamaba, o d଩ts -los intocables para los occidentales- encuentran cobijo seguro entre las paredes de esta organización que sobrevive gracias a donativos, apadrinamientos y sobre todo, a la ayuda de gente anónima que arrima su hombro por uno, dos o tres meses sin ver un euro. Todo el que llega es bienvenido. Y todo el que se va, parte siendo mejor persona. Esa es la aportación más valiosa de Anantapur. Ese es el tesoro de una de las zonas más pobre de la Tierra.