El Ayuntamiento amenaza con expropiar el antiguo Viveros Cádiz por su estado de abandono
Ha dado de plazo hasta este mes a los propietarios para que lo adecente o iniciará el expediente para requisarlo El lugar, que antes albergaba un vivero, está lleno de basura
Actualizado: GuardarEl solar donde antes se ubicaba un concesionario de Fiat y más tarde Viveros Cádiz es ahora un espacio lleno de basura donde pernoctan indigentes. El terreno se encuentra ubicado entre las calles Ronda de Vigilancia y Alcalde Sánchez Cossío, justo frente al Supersol y al lado de las empresa Aumar y Altadis.
El pasado mes de junio técnicos del Área de Urbanismo del Ayuntamiento acudieron al lugar para realizar una inspección. Tras la visita, el equipo de Gobierno decidió llevar a la Comisión de Gobierno un requerimiento de obras de seguridad y otro de ornato para forzar a la propiedad a limpiar y cerrar el solar adecuadamente.
El Ayuntamiento dio un plazo de 15 días a los propietarios para llevar a cabo esas actuaciones. Transcurrido ese tiempo, el Consistorio ejecutaría las obras de manera subsidiaria.
Como respuesta, según explicaron fuentes municipales, los dueños del terreno solicitaron por escrito que se les diera un mayor plazo de tiempo para llevar a cabo una reunión en la que tomarían una decisión. En el documento aseguraron que incluso se planteaban el derribo de la nave. Urbanismo aceptó, pero reiteró que a lo largo de este mes de agosto enviará a un técnico para comprobar si se han llevado a cabo las obras o si el edificio y el resto del solar continúa en las mismas condiciones. Hasta ayer todo permanecía igual. El edificio, de una sola planta y que en la mayor parte carece de puertas, continúa en un estado lamentable.
Confirmación
Fuera hay dos cubas de escombros y mucha basura esparcida por el lugar. A la entrada y entre los hierbajos hay cristales, litronas de cervezas esparcidas por doquier, bolsas, maderas y restos de la construcción, que ha sido saqueada. Una parte del falso techo de escayola se ha venido abajo. Tan sólo siguen ahí unas lámparas metálicas, pero sin bombillas. Dentro, en las dependencias, hay mantas y cartones dispuestas a modo de cama, junto a excrementos, orines y bolsas de plástico.
Los clientes y uno de los trabajadores de la cafetería que está en frente, en las instalaciones del Supersol, lo confirman: «Son varios indigentes y vienen normalmente por la noche a dormir».
Al principio, cuando el vivero dejó de funcionar, hace poco más de un año, jóvenes amantes del skate acudían aquí para practicar este deporte. De hecho, aún pueden verse improvisadas rampas en algunas estancias del edificio. «Pero desde que llegó esta gente dejaron de venir», explica un empleado del Supersol, que asegura que en algunas ocasiones le da miedo transitar por la zona de noche.