«Muchas veces el público es peor que Risto»

Soraya Arnelas pasó de vivir en un pueblo de Extremadura de 7.000 habitantes a volar como azafata por todo el mundo. Y de viajar por los aires, a estar encerrada durante tres meses en una academia vigilada por cámaras. Esta amante de los cambios bruscos dice que entró en Operación Triunfo por una «corazonada» y la verdad es que parece que la intuición le funciona bien. La extremeña es una de las triunfitas que mejor le ha ido tras el programa. Al menos, la gente recuerda su nombre y tras pasar por la factoría de Gestmusic eso empieza a ser un logro. Soraya no reniega de sus principios y hoy llega a La Victoria para actuar en el Festival Cádiz Latino 2012 junto a los concursantes de la sexta edición.

-Dolce vita es su tercer disco, ¿qué hay que hacer para trabajar después de Operación Triunfo?

-Tener muchas ganas, que no te importe despertarte a las cinco de la mañana para trabajar. Como en todas las profesiones hay que sacrificarse mucho: recorrer kilómetros, pasar horas en soledad... Una mezcla de todo. Además de rodearse de grandes profesionales.

-Quedó segunda en OT, por detrás de Sergio Rivero que fue primero, sin embargo usted ha tenido más éxito, ¿por qué hay tantos ex concursante que se quedan en el camino?

-La verdad es que me gustaría saber cuál es el secreto para poder contárselo a algunos de mis compañeros que han quedado atrás o se dedican a otras cosas. Creo que tiene que ver con lo que uno ofrece. El programa es una plataforma, un escenario en el que se te mucha gente. OT es un programa muy criticado porque se supone que sólo es una factoría de famosos, pero para nosotros es una escuela y hay que aprovecharlo como tal. Unos lo aprovechan más que otros, pero luego hay que currárselo. No hace falta quedar el primero para trabajar.

-Usted nunca ha renegado del programa. Esta noche actúa junto a ellos.

-Para mí es un orgullo haber estado en ese programa porque me dio la oportunidad de ser quien soy, de dedicarme a lo que más me gusta. Actuar con ellos es una forma de alentarles y decirles: «chicos, hay vida después del programa».

-De los tres discos sólo el primero han sido canciones inéditas los otros dos (80's y Dolce Vita) son de versiones, ¿qué le diría a los que creen que sólo canta temas famosos?

-Que hay que ser más inteligentes y pensar que esto es un mercado donde quien manda no es el artista sino el público. Si ellos piden música de los años 80, ¿por qué no se la vamos a dar? Estos dos discos han funcionado. Incluso, mucha gente mayor me ha felicitado por recordarles aquellos tiempos y para los pequeños creo que es cultura musical. Lo bonito es ver juntos en mis conciertos a abuelos y jóvenes. Llevo poco tiempo en la música, sólo tres años, pero estos discos me están sirviendo para coger tablas para el próximo de canciones originales.

De azafata al cielo

-Su padre le dijo que estaba loca por dejar el contrato fijo de azafata para ser artista, ¿ahora qué le dice?

-Bueno, pues ahora se emociona. Sigue impresionado. Mis padres no sabían que yo cantaba y les hace ilusión ver como voy creciendo como artista. No se lo creen. Como si yo no fuera la hija que tenían antes.

-Nadie se cree que antes nunca hubiera cantado, que solo lo hacía en la ducha....

-Pues es verdad. Hay cosas en la vida que uno guarda. Quizá antes no era el momento de sacarlo y he estado años de mi vida esperando la oportunidad.

-Fue azafata de Air Madrid, ¿cuándo usted trabajaba con ellos se olía lo que iba a ocurrirles, que cerraría por quiebra y de esa forma?

-Sí. De hecho me fui justo antes de que quebraran porque había muchas cosas ilegales, riesgo e indiferencia. Me cansé de hacer favores, no tener días libres... me quemé y decidí buscarme la felicidad de otra manera.

-¿Tiene relación con algunos de sus ex compañeros?, ¿ha sentido que les dé envidia?

-Envidia, no la he notado. Quizá con algunos ya no tengo tanta relación como antes. Y con otros tengo más. En la academia no firmamos un contrato de amistad. Estamos por amor a la música y cuando sales no siempre conservas esa relación.

El polémico Mejide

-¿Hubiera aguantado a Risto?

-Afortunadamente en mi edición no me tocó. Soy una persona de mucho carácter y si me hubiera tocado quizá le hubiera contestado. Pero tampoco lo sé. Conozco a Risto fuera del programa y no es el mismo. Es una persona que dice lo que piensa, te duela o no. Yo le apoyo. Lo que hemos pasado por Operación Triunfo sabemos lo qué es luego salir y recibir insultos bastante peores de los que él te ha dicho. Yo los he sufrido. El público es muchas veces peor que él. Pero también, es una bella persona aunque dentro del programa es mucho más tajante. Pero no es un papel.

-¿Y qué le parece que los minutos de sus evaluaciones sean los más vistos del programa?

-Bueno...es lo que hay. Nuestro mayor enemigo muchas veces es el que está en la calle.

El 'poyeya'

-Si le pregunto por enésima vez por el Poyeya...¿se enfada, se lo toma a risa, se avergüenza...?

-No, ni me río ni me cabrea. Es algo que forma parte de mi pasado y de mi carrera. Como todo el mundo cometo errores y no será ni la primera ni la última vez que me equivoque. Me dio mucha publicidad y estoy muy agradecida porque ahora me conoce más gente. Fue una crítica de un programa que afortunadamente ya no está y que sólo sacaba el lado malo de todo. No se fijaron que en esa actuación no se me fue ninguna nota.

-También se metieron en su vida privada, ¿eso cómo lo llevó?

-De forma natural. El día que firmas un contrato con la televisión o los medios sabes lo que puede venirte encima. En la academia me lo explicaron claramente y estaba avisada de lo que me podía pasar. No creo que a nadie le interese mi vida privada. Soy una cantante, no vendo nada más, ni posados, ni entrevistas, eso es para otros.

-¿Le han ofrecido alguna vez posar desnuda?

-Sí, muchas veces. En estos tres años varias. Pero no me interesa. Yo vendo mi voz, no mi cuerpo.

-Aunque sí ha salido en otros sitios: Siete vidas, Mira quien baila...¿eso no es incompatible con su carrera?

-No. Sigue siendo estar delante de un público y saber actuar. Un intérprete también tiene que ser un buen actor para saber transmitir las letras al público.

malmagro@lavozdigital.es EN LA VICTORIA