La marejada que azota al vestuario saca las primeras quejas a flote

El vestuario del Portuense parece un barco que se hunde y arrastra a los valientes marineros que no saltaron de él este verano. Zanotti, Eneko, Merino, Sanlúcar y Velázquez son los cinco profesionales que apostaron por quedarse. Ahora son los únicos de toda la plantilla de la temporada pasada que aún no han visto ni un euro del trabajo que desempeñaron la temporada pasada.

El 31 de julio a las 0:00 horas, el Portuense tenía que saldar todas las denuncias interpuestas en la AFE por sus jugadores si no quería perder la categoría. El presidente racinguista, Manuel Lores, sabía que iba a ser imposible pagar a todos e intentó convencer a los que se quedaban en el club de que quitaran la denuncia con la garantía de que pronto él mismo les pagaría. Con la excusa del tiempo y de que tenía que pagar a toda la estampida de jugadores que abandonaron el club este verano, Lores persuadió a los fieles que se quedaron para que quitasen sus respectivas denuncias, poder pagar a los 20 que abandonaban el club, y así, conservar la categoría de bronce. Zanotti, Eneko, Merino, Sanlúcar y Velazquez accedieron, pero otro de los que se quedaba, el veterano Paulino, no. A día de hoy, los cinco que dieron la cara por el club llevan seis meses sin cobrar y están, como ya dijo Velázquez, «cansados de tantas promesas». Paulino decidió exigir lo que es suyo y acrecentó el lío del vestuario.

Paulino quiere seguir

La situación era extrema pero al final se consiguió dinero para todos. A Paulino, aún teniendo contrato en vigor con la entidad, se le pagó a través de AFE y no de muy buena gana. Debido a la actitud tomada por el portentoso ariete, el nuevo técnico del equipo, Alberto Ferri, muy involucrado con el club para saldar las deudas con los hombres que se quedaban, decidió apartar al punta por «querer hacer daño al equipo». De esta manera, Ferri declaró que «este jugador no volverá a jugar aquí mientras yo sea el entrenador».

Paulino, que sigue entrenando con el equipo y cuenta con un año más de contrato, quiere mantenerse alejado de estas declaraciones y aseguró a LA VOZ que «yo me debo al club. Quiero que me dejen entrenar a tope para poder jugar, porque yo soy futbolista y me gustaría jugar este año aquí», sentenció. Este trotamundos del balompié ya ha vivido situaciones desagradables en otros equipos, y juega con su experiencia para sortearlas. «Llevo 16 años de profesional y me ha pasado de todo en muchos sitios. Y puedo asegurar que del 99 por ciento de los sitios en los que he estado tienen buen recuerdo de mí», aseveró.

El toma y daca del delantero manchego fue recibido con dudas en el capitán del equipo rojiblanco, Sanlúcar. Para éste, Paulino «tiene todo el derecho a cobrar por su trabajo. Además, una persona que ha trabajado como él es de lo más respetable que reclame su dinero», aseguró. Pero afirmó que, como referencia del vestuario, le dijo a Paulino que «la forma de actuar contra el club no ha sido la más correcta. Yo ya le he dicho lo que pienso», dijo el también delantero que ayer se mostraba algo esperanzado porque «el presidente me ha llamado y me ha dicho que cuando vuelva de unos asuntos que tiene en Marbella cobraremos los seis meses que se nos deben, espero que termine ya esta durísima situación».