La creación de empresas se frena y marca su peor ritmo desde 2000

Todo lo que va a leer a continuación hay que asumirlo con un matiz: los datos pertenecen al cierre de 2007, es decir, la crisis empezaba a dar patadas, pero estaba lejos de hacer daño. Así con todo, el Directorio General de Empresas del Instituto Nacional de Estadística (que es el baremo más fiable sobre demografía empresarial que existe en España) ha dejado una nota preocupante en el aire. La provincia de Cádiz comenzó el año con 64.505 sociedades de todo tipo activas, 1.167 más que como inició 2007.

La diferencia supone un 1,84% de incremento entre un año y otro, el peor ritmo de generación de actividad desde el año 2000, cuando terminaron el ejercicio menos empresas que 12 meses antes. El aumento gaditano es significativamente inferior a la media nacional de avance, que fue del 2,6% el año pasado, hasta alcanzar las 3,42 millones de empresas en total.

Al lado de esta cifra, las 64.505 firmas en la provincia se antojan una minucia. Quizás por esa comparación odiosa, la Confederación de Empresarios de Cádiz cree que se pierde competitividad año tras año. Ellos creen que, para empezar a hablar de comparaciones con medias nacionales, se necesitarían como mínimo otras 20.000 empresas.

Por el contrario, al crecer por debajo de la media, el tejido empresarial propio se aleja un escalón más del resto.

Todo ello, pese a que 2007 no debería haber sido tan malo para la empresa, ya que a mediados del año pasado Cádiz vivió quizás el mejor momento económico de su historia democrática (en tasas de actividad laboral, reducción de desempleo, consumo de bienes básicos, actividad económica...). Pero no. No debió ser suficiente y cuando toda la crueldad de la crisis se deje ver en la estadística del año que viene los resultados pueden ser catastróficos. Entre otras cosas, porque un número importante de las empresas de nueva creación han surgido al calor de la construcción. Desde el año 2000, por ejemplo, se ha pasado de unas 3.700 unidades dedicadas a este sector a las casi 8.000 de finales del ejercicio pasado.

Un segundo signo de debilidad viene de la estructura de las propias empresas. Aproximadamente la mitad son sociedades que no tienen ningún asalariado a su cargo, es decir, que son autónomos. Hay que recordar que la crisis se está concentrando en pequeñas empresas y trabajadores por cuenta propia que han perdido de pronto el volumen de trabajo habitual.

Construcción aparte, el negocio más popular en la provincia es el pequeño comercio de toda la vida (sin incluir los concesionarios), que sumaba 17.530 locales en el fin de 2007. La hostelería daba para otros 7.672 establecimientos.