«Si hay que ir a Madrid a la puerta de su casa, iremos»
Juan Benítez y su familia aún no se creen lo que les ha pasado. Picos Ye-yé es toda una institución en la Bahía y nadie imaginaba algo así. «Pero es que siempre hemos sido una empresa familiar y nunca hemos tenido grandes beneficios porque no éramos ambiciosos. Esos 90 millones de pesetas de deuda pueden sonar a poco, pero a nosotros nos suponen justo lo suficiente como para no seguir adelante», explica, a pie de las máquinas paradas de su planta, que data de hace tres décadas. «Si me tengo que ir, me voy, pero no quiero irme porque alguien no me paga», asegura, mientras mira a los trabajadores a los que él mismo no paga desde finales del mes de mayo.
Actualizado: Guardar«Me duele por ellos, porque son como mi familia, porque nunca les he fallado, ni un solo mes hasta ahora... y mira...». Ante la situación desesperada, pide la intervención de las administraciones, «a las que le sobra el dinero para dar millones a las empresas extranjeras de aquí al lado (Airbus, Delphi) y a las que nunca hemos pedido nada hasta hoy. Y sólo les estamos pidiendo que nos entiendan y hagan fuerza». Si no, el propio Benítez ya piensa hasta en plantarse «en la casa del que nos ha hecho esto en Madrid con mis empleados».