Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
LA ALIANZA. Marín presentó en junio de 2007 a los integrantes del pacto político
Ciudadanos

El pacto de cristal

El Gobierno cuatripartito de PP, IU, PA y PSA en Chiclana vive bajo la crispación política el final del pacto y la espera de la moción de censura

ESÚS ARAGÓN
Actualizado:

En las últimas semanas los acontecimientos se han precipitado a toda velocidad en contra de la estabilidad del pacto de Gobierno en Chiclana. El cese de la número dos de IU, Nadine Fernández, dio hace una semana un giro de 180 grados a la alianza política de PP, IU, PA y PSA en el Ayuntamiento de la ciudad, y ponía a tiro de piedra la posible moción de censura contra el alcalde, Ernesto Marín (PP).

La salida de la otrora lugarteniente del portavoz de IU, José Pedro Butrón, marcaba un punto de inflexión y ponía en bandeja al PSA, partido que a priori no contaba con peso suficiente para desequilibrar la balanza, la decisión de continuar o romper este gobierno en coalición.

Comenzaban entonces las negociaciones entre las direcciones provinciales de los partidos implicados en un hipotético asalto a la Alcaldía, justo después de que la edil chiclanera del PSA, Mari Ángeles Polanco, tensara la cuerda haciendo público en LA VOZ su descontento «con el funcionamiento de algunas delegaciones de este gobierno».

Evidente debilidad

Desde entonces, la debilidad en el sillón de mando de Ernesto Marín es evidente. Él asegura una y otra vez que «trabaja muy duro por Chiclana» y sostiene cómo puede su convencimiento de que «este pacto se mantendrá cuatro años», mostrándose «confiado en la lealtad y la palabra de la señora Polanco».

Pero lo cierto es que estas declaraciones parecen más un deseo que otra cosa. El cuatripartito ha demostrado ser un matrimonio de conveniencia, haciendo buena la denominación usada por el PSOE en sus inicios de «pacto por la pasta», y las infidelidades de varios de sus miembros podrían terminar de manera drástica con una unión de partidos que no tenía precedentes en Chiclana.

Entre sus principales logros durante el poco más de un año que lleva gobernando estuvo al principio de la legislatura el ilusionar a la ciudadanía, acostumbrada a un gobierno monocolor de más de 28 años de los socialistas.

Cargos sin confianza

Sin embargo, pasados los meses, la conjunción de varios factores, entre ellos la crisis económica, la debilidad de unos presupuestos municipales que superan los 155 millones de euros pero que tienen errores y partidas superfluas, y la virulencia de los ataques de colectivos sociales y vecinales, hicieron mella en el pacto.

En el haber del equipo de Gobierno de Ernesto Marín están algunas gestiones con resultados brillantes, como la apertura del cerro de Santa Ana, perseguida por el PSOE durante años, o los derribos de las edificaciones ruinosas de Sancti Petri, así como su insistencia en reforzar la imagen turística de la ciudad o mejorar el esplendor de sus fiestas locales.

En su debe se acumulan las decisiones erróneas, como traer a la ciudad cargos de confianza a modo de fichajes estrella que no aportan nada en los puestos que ocupan y cuya reputación, en algunos casos, es cuando menos sospechosa; o pretender dar una imagen permanente de unidad cuando desde dentro se ha filtrado a diario el descontento y los enfrentamientos existentes.

Negociaciones y moción

A la postura beligerante de la Junta bloqueando asuntos como el tranvía (licitado sin tener en cuenta el tramo urbano) o reduciendo las subvenciones en cursos de formación en el Hotel Escuela Fuentemar, se suma la torpeza de algunos delegados en sus intervenciones públicas y privadas, o la falta de confianza en el personal que ellos mismos nombraron como asesores (el cese de Ignacio Ostúa por parte de IU es un ejemplo claro).

Todo ello ha terminado de echar por tierra aquella «regeneración democrática» de la que tanto hablaron Marín, Butrón o Guerrero, tras las municipales de mayo de 2007, en las que el PSOE perdió la mayoría absoluta.

A día de hoy, el futuro del cuatripartito es desalentador. El PSA ya ha tomado la decisión de abandonar el pacto. Es sólo cuestión de tiempo.

Para el portavoz de la oposición, José María Román, el Gobierno local está «destrozado», y Chiclana «está sufriendo su falta de gestión y de toma de decisiones». Mientras, el alcalde no se plantea la salida y asegura que no vería con malos ojos «gobernar en minoría». Habrá que esperar aún algunos días, pero todo apunta a que en septiembre habrá novedades.

Algunos de los escenarios que se plantean, como quedó de manifiesto en la sesión plenaria ordinaria celebrada el pasado jueves, (la primera con Nadine Fernández como edil no inscrita y sentada en los bancos de la oposición), es que ésta apoye el sentido del voto del PSOE en determinados asuntos de gestión local.

En estos momentos el pacto mantiene la mayoría en la Corporación, ya que cuenta con los votos de los ediles del PP (ocho concejales), de IU (dos), del PA (con otros dos) y del PSA (un concejal).

El PSOE en la oposición cuenta con los 11 representantes conseguidos en las urnas, pero un único voto más a su favor le devolvería la mayoría y permitiría quitarle la alcaldía a Ernesto Marín.

chiclana@lavozdigital.es