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Los datos en España son los peores desde 1993

El sector de la automoción lo da ya por seguro: este año será, con un desplome de las ventas del 25%, el peor para el negocio desde 1993, en plena crisis del petróleo. La falta de confianza, la caída del consumo y el repunte imparable del Euríbor, de la inflación y del precio de los carburantes han impactado de lleno en la línea de flotación de los fabricantes y vendedores de coches, que en julio -tradicionalmente un buen mes, por la llegada de las vacaciones- han visto retroceder las compras un 27,5% interanual.

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Todos sin excepción -familias, empresas y compañías alquiladoras- han fallado. En los siete primeros meses de 2008, la caída se sitúa ya en el 19,2%, con números rojos en la comercialización preocupantes como los de los dos archipiélagos, Castilla-La Mancha, Murcia o Extremadura. La venta de coches es uno de los indicadores más precisos y más utilizado para medir la salud económica de un país. Y a la luz de los datos publicados ayer por las patronales de fabricantes (Anfac) y vendedores (Aniacam), España se encuentra gravemente enferma. La explicación es evidente, la crisis y el miedo a que la desaceleración sea aún mayor ha destrozado el negocio. La subida del paro, el encarecimiento de los tipos de interés -que frena cualquier decisión de compra a largo plazo- y la caída en picado de la confianza de las familias ha lastrado el negocio.

Aniacam, además, reconoce que el retroceso podría haber sido peor, pues los números mejoraron algo en los últimos días de julio gracias a un aluvión de automatriculaciones por parte de los concesionarios.

Una práctica que los concesionarios denuncian como una imposición de los fabricantes para sostener las estadísticas y que les supone unos enormes costes financieros que les está obligado a colocar en la Europa del este muchos kilómetros 0.