Suspenden la búsqueda de la vecina de Barbate desaparecida en Galicia

El dispositivo de búsqueda que activó la Guardia Civil la semana pasada en plena autovía de las Rías Baixas (A-52), entre las localidades pontevedresas de O Porriño y Ponteareas, para localizar a una vecina de Barbate desaparecida hace cuatro meses, se suspendió sin resultados en el día de ayer, tras haberse cumplido el séptimo día de rastreo.

La semana pasada LA VOZ se hacía eco de la información difundida por el Faro de Vigo en la que se indicaba que la Guardia Civil había abierto una investigación para esclarecer la extraña desaparición de una mujer en mitad de un viaje de regreso a Cádiz que propició un amplio despliegue de efectivos por la zona donde su hijo pequeño aseguró haberla visto por última vez. El relato de este menor, de unos 10 años, es el que ha hecho sospechar que Ana F. B., de 37 años, no se marchó de manera voluntaria. Las pesquisas que lleva a cabo el Instituto Armado están siendo tuteladas por el juzgado de Violencia de Género de la ciudad de Vigo.

La desaparecida había acudido a la localidad viguesa para visitar a sus familia en compañía de su marido, que es natural de Barbate donde también tiene afincada su residencia la pareja. Con ellos también viajaba su hijo. Este niño aseguró que sus padres se pelearon cuando regresaban en coche a Cádiz y que en mitad de la pelea su progenitor detuvo el vehículo en la autovía y ambos salieron de él. Según este testimonio recogido por el rotativo gallego, el matrimonio se internó en una zona de matorrales y al poco tiempo regresó sólo el padre. Estos datos son los que llevaron a la Guardia Civil a hacer una batida por el tramo de la carretera indicado por el menor.

Este periódico pudo confirmar que el marido denunció en el cuartel de Barbate la desaparición de su mujer, aunque lo hizo un mes después de ocurrir el incidente en la A-52. Este individuo confirmó que se había producido la pelea tal y como había relatado el pequeño, pero que su pareja se marchó por su propia voluntad.

La Guardia Civil mantiene abierta no sólo la investigación en suelo gallego sino también en Cádiz, ya que los indicios recogidos hasta ahora no son tranquilizadores.

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