Uno de los últimos vestigios de arquitectura industrial
En comparación con el casco antiguo, la zona de Puertatierra no se ha destacado por su arquitectura singular ni relevante. Pocos edificios del área de Extramuros escapa a esa tónica de pragmatismo que impera en la gran parte de los edificios de viviendas y en los equipamientos.
Actualizado: GuardarA finales del siglo XIX, cuando se empezó a pensar en construir unos depósitos para albergar la materia prima con la que trabaja la Antigua Fábrica de Tabacalera, el territorio entre las Puertas de Tierra y la Cortadura estaba ocupado de forma anárquica por diversas actividades industriales, tal y como recuerdan los arquitectos Julio Malo de Molina y Juan Jiménez Mata en su Guía de Arquitectura.
Estaban las almadrabas y las fábricas de conservas junto a la costa atlántica, la fábrica de curtidos, las bodegas junto a las vías del tren y hacia 1907 se termina la obra de los depósitos.
Eclecticismo
Con un diseño cercano al eclecticismo historicista, es uno de los últimos vestigios de esa arquitectura industrial que quedan en la ciudad, según destaca el historiador del arte Lorenzo Alonso de la Sierra. «Es de lo poco que queda en Cádiz después de la destrucción que se ha hecho en Puertatierra», manifestó este experto, que mostró su confianza en que el Ayuntamiento «lo conserve». Sobre todo, su valor reside en esa memoria industrial que debería quedar de la ciudad.
Curiosamente, tendrá un contenido y función similares a la de la Real Fábrica de Tabacos, que hoy en día alberga el Palacio de Congresos.