Desde una fábrica a un matadero
Algunos de los centros culturales más prestigiosos fueron en su día espacios funcionales de uso industrial
Actualizado:Son numerosos los espacios industriales, como fábricas o grandes naves industriales, como las que posee Altadis en Cádiz, los que se han transformado en grandes espacios culturales y auténticos generadores de turismo en las ciudades donde se ubican.
Quizá el caso más famosos y de mayor envergadura sea el de la Tate Modern de Londres, que alberga uno de los museos más prestigiosos de Arte contemporáneos del mundo. El gigantesco edificio fue originalmente una central de energía eléctrica, en el barrio de Bankside, construída entre 1947 y 1963, pero en desuso desde 1981. Lo caracteriza su aspecto gigante, pero fabricado con el característico ladrillo inglés. En el año 2000 fue reinaugurado como museo y ya es uno de los principales atractivos turísticos de la City. De su remodelación se encargó el estudio de arquitectura holandés Herzog & Meuron (premio Pritzker de arquitectura en 2001).
Este binomio de arquitectos se han encargado también de crear el edificio del Caixa Forum-Madrid, abierto este año en pleno centro de la capital española, como contenedor de Arte y Cultura en todas sus vertientes, desde conciertos y proyecciones, hasta exposiciones pictóricas o conferencias. Para crear la sede social de la caja de ahorro catalana, se aprovechó la estructura de una central eléctrica de principios del siglo XX. La fábrica, en este caso, se ha transformado totalmente para crear un edificio diferente y nuevo, que combina elementos vanguardistas con la estética industrial del siglo pasado.
También en Madrid se sitúa otro de los ejemplos más recientes del uso de naves industriales abandonadas, eso sí, de gran interés arquitectónico, como espacio social y cultural. Se trata del antiguo matadero del barrio de Legazpi, construido en 1910 por el arquitecto Luis Bellido y que pretende ser el mayor centro cultural multidisciplinar de la capital madrileña. Al proyecto Matadero se le pueden encontrar, en su justa medida, ciertas similitudes con los depósitos de Tabacalera en Cádiz: primero y más evidente, la cercana fecha de construcción y su estilo ecléctico historicista, de inspiración mudéjar, tan propio de finales del siglo XIX. También se compone de extensas naves paralelas, aunque en este caso cuentan con más de 114.000 metros cuadrados. Por último, como el espacio gaditano, está previsto que esté terminado en 2012 (aunque algunas naves ya se usan).