La peatonalización falsa del casco histórico de Cádiz
Cádiz es una ciudad diseñada para el vehículo. La falta de planes de control de accesos del tráfico rodado a calles peatonales o restringidas puede suponer, en un futuro no muy lejano, si es que no lo supone ya, la degradación del casco histórico, consiguiendo así una ciudad insoportable para el peatón. Por eso sería conveniente que el Ayuntamiento ampliara al resto de estas vías la iniciativa de sistemas de pilonas retráctiles como las situadas en la calle Sopranis, plazas Fray Félix y San Francisco o Arquitecto Acero y Plocia. Este sistema está muy extendido en ciudades españolas, como Madrid o Santa Cruz de Tenerife, y europeas, como Florencia, Milán o Roma; son las denominadas zonas de tráfico limitado y son ejemplos de sostenibilidad, máxime cuando las autoridades locales han tomado conciencia sobre la necesidad de garantizar que el espacio reservado para los viandantes no sea invadido de manera agresiva por los coches. Sólo está permitido el acceso a usuarios de garajes, taxis, y servicios de emergencias.
Actualizado:Hoy día, por ejemplo en Cádiz es muy usual ver vehículos circulando por las calles José del Toro y Ancha con total impunidad o estacionados en los tramos peatonales o semipeatonales de San Miguel, Sagasta, San José, Cardenal Zapata, Presidente Rivadavia o el supuesto tramo restringido de Calderón de la Barca (entre Buenos Aires y Mina), a pesar de la existencia de discos que lo prohiben. Hasta que el sistema antes mencionado no se extienda a estas zonas, la peatonalización del casco histórico de nuestra ciudad será una falacia. La simple colocación de discos no sirve absolutamente para nada.
El Ayuntamiento debería tomar cartas en el asunto, sobre todo ante la construcción del segundo puente que, previsiblemente, aumentará el número de vehículos que accedan a la capital. No se trata de ampliar las vías peatonales, sino de que se respeten las existentes. Si no se hace podría ocasionar múltiples problemas y con el tiempo me dará la razón.