Palestina, sin fecha...
Ayer se abrió en Washington, en un lugar reservado y fuera del alcance de la prensa, una inesperada ronda de negociación entre israelíes y palestinos, con sus jefes de equipo Tzipi Livni y Ahmed Qurei, ministra de Exteriores y ex-primer ministro respectivamente.
Actualizado: GuardarSi escribo inesperada es porque la negociación, abierta con una solemnidad excesiva en noviembre pasado en Annapolis por el presidente Bush, debía desarrollarse, por definición, sobre el terreno, normalmente en Jerusalén-oeste. Es evidente que sólo a petición norteamericana se ha trasladado a Washington la presente sesión.
Se advierte ahí la mano de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, frustrada por la ausencia de todo progreso y hasta crítica con la conducta israelí en un asunto concreto y crucial: el incremento imparable de la colonización de tierra palestina ocupada, que llegó a un inesperado y provocador punto con el anuncio hace pocos días de la creación de una colonia de nueva planta en Maskiot, en el Valle del Jordán.
El discurso oficial se mantiene: antes de que Bush deje la Casa Blanca, las partes deben dejar listo un acuerdo completo aunque su aplicación tome tiempo después. Nadie creyó que tal cosa sería posible y esa imposibilidad es ahora oficial en Israel porque el primer ministro, Ehud Olmert cree que la cuestión de Jerusalén y su estatus no lo permiten. Los palestinos han reiterado que nunca aceptarán un arreglo sin Jerusalén-este ni un Estado en fronteras provisionales.
Rice parece que se conformaría ahora con que para la apertura de la Asamblea General de la ONU, en septiembre, esté disponible un borrador de acuerdo, algo más que una declaración de intenciones, que ya se hizo en Annapolis contra reloj, algo que permita decir al Gobierno norteamericano que hace cuanto puede y ejerce sus buenos oficios y su autoridad para llegar a la paz.
Pero, de paso, hace algo más: sigue robándole la cartera electoral a Barack Obama, que no tiene nada distinto que ofrecer sobre el particular y parece identificado a fondo con los israelíes, pero que critica a Bush porque, dice, no se involucra a fondo y directamente como mediador lo que él se dice dispuesto a hacer rápidamente.