TRIBUNA

A mitad del Camino

Ha pasado poco más de un año y aún cuesta asimilarlo. Después de una intensa lucha en la que se involucró toda la sociedad gaditana, donde recibimos el apoyo y solidaridad de los andaluces y de la opinión pública del país; después de luchar por nuestra dignidad y por la continuidad de nuestros puestos de trabajo, en la larga jornada del 4 de julio del pasado 2007, se rubricaba el acuerdo por el que las representaciones sindicales, agentes sociales y autoridades laborales pactaban con la dirección de Delphi las condiciones que tendría que cumplir para desvincularse de sus trabajadores y proceder al cierre de sus plantas de componentes para el automóvil de Puerto Real.

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A pesar de algunos nervios y desilusión, todo por lo que habíamos luchado estaba contenido en dicho acuerdo. Reivindicamos nuestro puesto de trabajo y que el suelo de Delphi acogiera nuevas empresas en las que continuar trabajando; y ese objetivo quedó plasmado en ese papel. Es cierto que nada evitó que aquel triste 31 de julio se hiciera realidad nuestra salida de la fábrica, pero inmediatamente nos ilusionamos con la esperanza de que los compromisos adquiridos por el Gobierno central y la Junta de Andalucía con los trabajadores se hicieran realidad en los plazos establecidos.

Hoy, un año después, vuelvo la vista atrás y compruebo que ya hemos recorrido una buena parte de ese camino que nos marcaba el acuerdo de 4 de julio, donde además de fijar la cuantía de las indemnizaciones, se estableció lo que más valor tiene para nuestro futuro y el de la Bahía, la cesión de los terrenos para uso industrial, para que regeneren el tejido industrial y facilite las recolocaciones del personal afectado por la deslocalización de Delphi.

En este tiempo se han desarrollado los diferentes protocolos surgidos del acuerdo y la inclusión en el colectivo de afectados de los trabajadores de la industria auxiliar y de un buen número de eventuales que un día fueron parte de la plantilla. Se creó un organismo de apoyo a los trabajadores para la búsqueda de alternativas laborales, definiendo nuestros perfiles profesionales y las posibilidades futuras de empleo, bajo la tutela y seguimiento del Servicio Andaluz de Empleo. Se puso en marcha el plan de formación inicial, que vino acompañado de una beca para estudios que además significó una ayuda adicional a las prestaciones por desempleo. La formación ha ampliando su oferta de contenidos y niveles y está garantizada hasta diciembre próximo. Se ha gestionado con éxito el acuerdo de prejubilaciones para los empleados mayores de 53 años y por el que han resuelto su futuro más de 150 trabajadores. También se han gestionado soluciones a trabajadores que estaban en espera de respuesta en sus procesos de resolución sobre invalidez. Y, además, se consolidó la oficina de tratamiento singular cuya gestión corresponde a representantes de todas las secciones sindicales que tuvieron implantación en la empresa y desde la que continúo sirviendo a los intereses de los trabajadores de Delphi.

Algunas noticias recientes nos afectan directamente y, afortunadamente, satisfactorias todas ellas. La expansión de la industria aeronáutica; la asignación de nuevos negocios a Airbus; la llegada de una planta de montaje de vehículos de países emergentes; y la confirmación de la asignación de la ayuda económica de Europa para el proceso de recolocación son noticias que hacen despejar cualquier tipo de dudas de que existe voluntad de cumplir los compromisos adquiridos con los trabajadores de Delphi y marcan la dirección del camino por el que tenemos que continuar andando hasta conseguir la meta.

Un año después, seguimos teniendo el apoyo social y popular que tanto nos sirvió para hacernos fuertes en la negociación; a pesar de que algunos se empeñen en hacer ver que la gente de Delphi somos privilegiados. Nuestro privilegio es haber sido capaces de luchar como uno solo defendiendo nuestros puestos de trabajo, sacrificando mayores indemnizaciones por garantizar que en el suelo de Delphi haya nuevos Delphi en los que trabajar mañana y haber sido capaces de conectar con toda la sociedad para que nuestra voz fuese escuchada en todos los foros posibles; si ser privilegiados es haber conseguido el compromiso personal e institucional del presidente del Gobierno y del de la Junta de Andalucía para la recolocación de los afectados por el cierre de la multinacional americana, entonces sí somos privilegiados

En este tiempo las mayores zancadillas las hemos sufrido desde dentro. La utilización de nuestra inquietud para fines distintos a los objetivos de los trabajadores la seguimos sufriendo dentro de nuestras filas: por eso, ni nos engañemos ni dejemos que nos manipulen; quien tenga memoria que recuerde mis palabras en las asambleas de trabajadores; tenemos dos años de paro y esperaremos a que en ese tiempo vengan a instalarse las nuevas empresas a los terrenos de Delphi para volver a trabajar; y que se utilice el suelo para industria, no para servicios, porque esa es la única forma de generar riqueza para la Bahía.

Por eso, si la solución nos llega antes, mejor, pero si tenemos que continuar esperando, solo estamos a mitad del camino. Queda tiempo y nuestras ilusiones y esperanza continúan intactas, porque en el camino recorrido hemos conseguido tener elementos de juicio para saber que se trabaja para cumplir con los compromisos dentro de los plazos establecidos. Deseo firmemente, y estoy seguro de ello, que de las cenizas de Delphi, otro nuevo, con el nombre que sea, surgirá y será ese el día que espero con ansiedad, el que los profesionales dejemos de esperar y regresemos a nuestros puestos de trabajo. Entonces, junto a la sociedad gaditana y andaluza, que tanto apoyo brindó a estos trabajadores, gritaremos lo más alto posible «¿Delphi no se cierra!»