Educación se compromete a abrir el colegio Costa Oeste en septiembre

«Las obras estarán totalmente concluidas el 15 de septiembre». Ésta fue la frase que más repitió el delegado provincial de Educación, Manuel Brenes, en la visita que realizó ayer a las obras del colegio Costa Oeste. Pero la incredulidad de las madres que lo acompañaron en la visita era patente. «Voy a pasar todos los días para ver cómo va esto, pero de verdad que me cuesta creer que las obras vayan a estar concluídas», comentaba Rocío Ruiz, que tiene a su hija matriculada en el centro.

Según el jefe de obras de la empresa Istem, encargada de los trabajos, el centro se entregará «totalmente terminado» en septiembre. A pesar de ello, tan sólo se pondrán en marcha seis aulas de Infantil y tres de Primaria. Las nueve aulas de Primaria restantes se irán abriendo de manera escalonada, tal y como decidió la Delegación de Educación tras la baremación de demanda de plazas que realizó hace seis meses.

Brenes dio todas estas explicaciones a las madres que lo acompañaban mientras paseaba por el centro en obras. Entre ladrillos, arena y cables sueltos, las madres escuchaban incrédulas las palabras del delegado. Por su parte, el jefe de obras explicó que únicamente quedan pendientes los trabajos más vistosos como son pintura, carpintería y cristalería, pero que, según comentó, son los que requieren menos tiempo de trabajo.

Los obreros trabajan de 7 a 19 horas y los dos últimos sábados de agosto también trabajarán para adelantar las obras.

En cuanto al comedor, la empresa también se comprometió a tenerlo totalmente listo para la fecha de comienzo de curso, aunque el delegado no quiso hacer ningún tipo de promesa en este aspecto y se decantó más por ponerlo en funcionamiento «en octubre».

Hay que recordar que el colegio de Costa Oeste es un centro de Educación Infantil y Primaria modelo C-2 de 18 unidades con capacidad para 450 alumnos y que su construcción ha supuesto una inversión de 2.131.311, 09 euros.

Tras las promesas de Brenes, las madres se quedaron más tranquilas, aunque no dejaron de observar, escépticas, el ritmo de los trabajos.