«Ha sido un día muy especial que nunca se me borrará»
Algunos de los jóvenes que se dieron cita ayer en el Ruiz Mateos ya pueden presumir de tener casa propia
Actualizado:Los nervios estaban ayer a flor de piel en las gradas del Pabellón Deportivo Ruiz Mateos. Mientras se esperaban los resultados del sorteo de las viviendas acometidas por Omega Grupo Inmobiliario, todo era silencio. Poco después, cuando se iban dando a conocer los nombres de los afortunados, estallaba el griterío.
«No me lo puedo creer», decía Eduardo Alpresa, reflejando el sentir general. Era la primera frase con la que comenzaba todo el mundo, se le preguntara a quien se le preguntara. Y es que así de difícil está hoy en día acceder a una casa. De hecho, parece que las regalan, aunque nada más lejos de la realidad. Entre 105.000 euros y 163.756 cuestan las que se sortearon ayer. Si se comparan con los precios de las viviendas de renta libre, es más fácil entender la reacción de los afortunados.
Ana Luz Quirós añadía además que «llevaba mucho tiempo esperando y ahora estoy supernerviosa. Voy corriendo a buscar a mi novio a darle la noticia, que está trabajando. Es un día muy especial, nunca se me borrará». El torbellino de palabras que salía de su boca daba fe de la euforia generalizada.
En su caso, era la primera vez que optaba a una Vivienda de Protección Oficial, y hubo suerte. En el caso de Tamara Domínguez, no. Ayer, era la segunda ocasión, aunque antes de la tercera fue la vencida. Por fin, adquiere «independencia, porque ahora vivo con mis padres».
Cristina Jiménez difícilmente tendría ahora su propia casa (aunque tendrá que esperar un poco para irse a vivir a ella, ya que la primera piedra de esta promoción se pondrá en el próximo mes de septiembre) si no hubiera resultado ayer una de las agraciadas. «Los precios de las viviendas de renta libre son totalmente inaccesibles», aseguraba, algo común a una gran parte de los ciudadanos, más aún en una ciudad que ronda los 20.000 parados como Jerez. Ella, de hecho, también se encuentra en situación de desempleo.
La independencia es la primera piedra para que la mayoría de estos jóvenes se puedan replantear su futuro, o al menos así lo piensa Salvador Romero, a quien le tocó en el sorteo otra de las viviendas protegidas. «Por fin, ya era hora: llevaba mucho tiempo esperando», aseguraba este joven.