El francés Cyril Dessel sorprende a todos en medio de unas montañas interminables
El español David Arroyo, tercero en la meta, no pudo aprovechar el excelente trabajo del Caisse D' Epargne Menchov cedió 35 segundos y Vandevelde se hundió
Actualizado: GuardarLos Alpes siguen siendo los Alpes. El paso del tiempo no ha hecho mella en ellos. Si acaso, han mejorado sus carreteras. La Lombarda y la Bonette-Restefond son unas subidas interminables, de las que parecen no acabarse nunca. Los que han cambiado son sus protagonistas, los corredores. En Jausiers vencía el francés Cyril Dessel. En un momento de incertidumbre, entre el final de un ciclo y el inicio de uno nuevo, con sólo un equipo capaz de mover la carrera según sus intereses, el CSC, hay mucha gente que tiene que limitarse a estar. Ni Rabobank, ni el Silence, ni el Garmin tienen la entidad suficiente como para poder plantear nada que no sea estar pendientes de lo que hace el CSC.
El equipo de Carlos Sastre seguirá asumiendo riesgos, aún a costa de perderlo todo. Los demás, Evans, Kohl o Menchov esperarán sus movimientos. Otra cosa no pueden hacer. De las tres plazas que tiene el podio, a día de hoy parecen contar con una fija. El líder, Frank Schleck, reconocía que habían perdido una gran oportunidad de hacer más diferencias: «En el Tour todo lo puedes perder en un día, pero para ganarlo hay que estar delante en todo momento».
Los elementos jugaron contra el CSC. Carlos Sastre y Frank Schleck coincidieron en que «el viento que pegaba de frente en los tres últimos kilómetros de La Bonette dificultaba cualquier intento de poder atacar». Esa debió de ser la razón principal de que todo el mundo se estuviese quieto. La etapa quedó sellada desde su inicio, con una escapada muy amplia, de la que saldría el ganador, Cyril Dessel, un veterano corredor francés de 33 años que fue sexto en la general del Tour en 2006, en el que estuvo varios días de amarillo. Una toxmoplasmosis le ha tenido parado durante mucho tiempo con problemas físicos e incluso en su equipo se planteó no traerle al Tour. Se ganó la plaza en el Dauphiné Liberé.
Escapada numerosa
En ese grupo que se formó, CSC colocó a Voigt y Aversen, todo un anuncio de lo que pensaban hacer. «La idea fue de Carlos, no mía» decía Frank Schleck, que también explicaba en Jausiers que Bernard Hinault le había dado en Brest unos consejos para utilizar en las bajadas que le vinieron muy bien. «Me dijo como había que moverse y la verdad es que me han resultado prácticos». A Menchov no se los ha debido de dar nadie.
Seguro que Carlos Sastre, que le conoce muy bien, se acordaba de lo sucedido en el puerto de La Colladiella, en Asturias, cuando iba con él y se quedó cortado en el momento que Heras se lanzó en la bajada de ese puerto y le dejaron cortado. Entonces se quedó sin equipo y ahora, al Rabobank no se le ha visto en carrera, si descontamos a Freire y a Flecha. Los demás van muy justitos.
No parece que a día de hoy pueda ganar Menchov el Tour. Si lo hiciese no será desde luego por los desvelos de sus compañeros. En ese grupo donde estaban Aversen y Voigt también se encontraba Popovych (Silence), y tres hombres del Caise d' Epargne, Iván Gutiérrez, Nicolás Portal y David Arroyo, otros tres del Lampre, Cunego, Tiralongo y Szmyd, Hincapie y Siutsu (Columbia), Flecha y Freire (Rabobank), entre otros.
El ganador de la contrarreloj de Cholet, Stefan Schumacher también iba con ellos. Se marchó solo en La Lombarda y le cogieron a seis kilómetros de la cima de La Bonette. Llegaron a tener cerca de diez minutos de ventaja, es decir lo que quiso el CSC. De esa escapada saldría el ganador. Quedaban los primeros de la general.b Vandevelde se quedó. Valverde estuvo con los primeros. Cadel Evans se mostró muy recuperado.
El tercer día de montaña alpino, con el final en Alpe D' Huez, debe de ser otra cosa. Las fuerzas en este Tour son un bien escaso, que no están para regalar. ¿Atacar o aguantar? No será una decisión fácil. El sudafricano John Lee Augustyn tuvo una caída espectacular bajando La Bonette. La bicicleta se quedó en el barranco y la tuvieron que subir con una cuerda. Tardaron bastante en pescarla. Nadie quería bajar a por ella. Tuvo que esperar a que le diesen otra. También se cayó Arnaud Coyot (Caisse d' Epargne). Hoy deberían de producirse otro tipo de caídas, en la general.