ESCLAVO. El toro recorría las calles de Grazalema con fuerza, nada más salir de los toriles. / ANTONIO ROMERO
Sierra

El lunes del Toro de Cuerda pone el punto y final a la celebración grazalemeña del Carmen

Uno de los astados embistió a un hombre de 70 años y le provocó una policontusión en la cabeza La fiesta se remonta a principios del siglo XVIII por lo que «es el encierro más antiguo de Andalucía»

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El Lunes del Toro de Cuerda ha puesto el broche final a un fin de semana festivo, en la localidad de Grazalema, en honor a la Virgen del Carmen. El encierro de un total de tres astados congregó en la localidad a casi 1.000 visitantes que desafiaron al calor, más de treinta grados durante toda la jornada y un sol desafiante que lucía sobre el cielo de la localidad en la que más precipitaciones se producen al año.

La fiesta comenzó temprano, a eso de las 9.00 horas, aunque estaba previsto que comenzara una hora antes pero, según la organización, «el delegado gobernativo llegó tarde». En ese momento se soltaron dos astados, cada uno por separado, desde la parte alta del pueblo, cerca de la calle Nueva, para que recorrieran, a modo de encierro, las calles grazalemeñas. Estos mismos astados protagonizarían, posteriormente los encierros. Todos los toros provenían de la ganadería la Rosa del Sol, de Prado del Rey, y contaban con un peso cercano a los 550 kilogramos.

Los encierros posteriores, que se produjeron a las 12.00, 19.00 y 20.00 horas, partiendo dos de ellos de la calle Laguneta, junto a la sede de la peña, en los toriles, y el otro de la parte alta del pueblo.

El más peligroso de todos los toros resultó ser el primero en salir a la calle, Esclavo. Éste recorrió todo el pueblo en apenas 30 minutos y se refugió en la parte alta del pueblo, dejando muchos minutos plantados a los aficionados de la Plaza de España, que es donde se congrega la mayor parte de los visitantes. Por la misma volvió pocos minutos antes de ser encerrado y cambió el recorrido que le marcaban los jóvenes con la maroma, una cuerda de 60 metros que se emplea para marcar el recorrido del animal y tratar de evitar incidente. En este cambio, el astado sorprendió a un hombre de unos 74 años de edad que recibió un golpe por la espalda que lo lanzó hasta el suelo, aunque el animal no llegó a clavarle el asta. El herido sufrió una poli contusión en la parte derecha de su cara, al lanzarlo el toro contra una barrera y el suelo, y esto obligó a desplazarlo al Hospital de Villamartín, donde aun se está recuperando, después de suturarle la herida que llevaba abierta.

El encierro concluyó con dos sueltas más de toros, a las 19.00 y 20.00 horas. Donde los astados, Regalado y Olivita, dieron bastante juego a los asistentes pero no provocaron ningún incidente más que reseñar. El primero de ellos tuvo que ser recogido en la calle, ya que no llegó a la zona de los toriles, éste había salido de la parte alta del pueblo.

Tradición

El Lunes del Toro de Cuerda de Grazalema proviene, según la organización, de principios del siglo XVIII por lo que entienden que «es el evento de este tipo más antiguo de Andalucía y, problablemente, también de España». Los historiadores aseguran que se remonta a la época en la que los ganaderos paseaban al ganado bravo por el pueblo, para su traslado, y los jóvenes se entretenían jugando con los animales mientras las mujeres miraban desde los balcones. Además, también se llevaba a cabo una especie de ritual de fertilidad y los jóvenes amarraban al astado, con una maroma, a la ventana de sus parejas, con este fin.

sierra@lavozdigital.es