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La luz permitirá que las obras de los riegos se prueben en una semana

La modernización de las 12.000 hectáreas del Guadalcacín ya estaba lista y a la espera de la potencia necesaria

M. J. P.
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«Todo está ya listo. Las tuberías y canalizaciones, las antenas para enviar señales y hasta el centro de telecontrol del Parque Tecnológico Agroalimentario. Sólo faltaba que nos dieran luz para que pudiera echar a andar todo el sistema». Con esas palabras resumía el presidente de la Junta de Gobierno de la Comunidad de Regantes del Guadalcacín, Pablo Ruiz Carmona, cuál ha sido el principal motivo del retraso en la puesta en marcha de los nuevos y modernizados regadíos que se extienden a lo largo de 12.000 hectáreas y cuyas obras se han alargado a lo largo de cuatro años.

La falta de potencia era el problema con el que se encontraban unos regadíos absolutamente pioneros y basados en las nuevas tecnologías, que son supervisados desde un panel de telecontrol en la sede de los regantes del PTA -además de los paneles que hay a lo largo del trazado-, y cuyo sistema incluso permite a los agricultores acciones como activar el riego a través de un SMS desde el móvil o controlar por ordenador si hay alguna avería.

Ahora, tras el acuerdo entre el Ayuntamiento y Endesa que amplía la capacidad energética de la ciudad en puntos como el PTA, los regantes del Guadalcacín verán como en el plazo de una semana podrán comenzar las pruebas del sistema.

Según explica Ruiz Carmona, «ya hemos hablado con la empresa constructora, Sacyr Vallehermoso, para no demorar mucho más las pruebas de las tuberías, de las bombas de automoción y el arranque en general de todo el sistema».

En este punto, el representante de los regantes adelantó que este complejo entramado «no puede ponerse a funcionar sin más, sino que hay que extremar los cuidados». Por eso, entre otras precauciones, los primeros tests a lo largo de las 12.000 hectáreas -que se extienden por una decena de poblaciones- «deben realizarse en vacío, sin presión, para luego ir dando el agua poco a poco».

Ruiz Carmona destacó que los agricultores -que en la actualidad tienen que seguir regando con el método tradicional- están impacientes por poder hacer uso de este sistema en el que han invertido mucho tiempo y dinero. Además, «gracias a las mejoras podremos ahorrar más de un 30% de agua, una cifra que ya casi se está alcanzando pese a que aún no usamos los canales modernizados».