Tamara Ávalos mostrará su visión del pecado original en Santa Catalina
La artista costarricense, considerada un referente de la nueva creación iberoamericana, traerá a Cádiz su muestra de esculturas y mosaicos 'Hija de Eva' Ávalos consiguió el Premio Áncora por 'Hija de Eva', en la que analiza los mitos fundacionales de la sociedad
Actualizado:La serpiente, según el Génesis, le replicó a la mujer: «Dios sabe muy bien que el día en que coman el fruto de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses conocedores del bien y del mal». El mito bíblico encierra un poderoso imaginario, cargado de posibilidades plásticas. La historia habla de la tentación, de los conceptos cuestionables de moral y de culpa, de ese definitivo pecado original al que siguieron todos los demás. Y Teresa Ávalos, considerada una de las referencias fundamentales de la nueva creación iberoamericana, ha sabido sacar todo el provecho a esa interesada metáfora para construir una obra singular, inspirada en las líneas arquetípicas de la escultura precolombina, pero que trata la idea de femeneidad desde una perspectiva moderna y comprometida.
Hija de Eva, la muestra que la artista costaricense abrirá mañana en el Castillo de Santa Catalina, reconstruye la caída en desgracia de la primera pareja sobre la faz de la tierra. El castigo, según se desprende de la relectura consciente del mito, desencadenó un ciclo eterno de dolores y privaciones, pero también significó el acceso de hombres y mujeres a la otra cara de la vida: la conciencia del paso del tiempo, del cuerpo efímero y de su capacidad para dar y recibir placer.
Gracias a las esculturas y losetas que componen la exposición, el público puede seguir la aventura de Eva y Adán, «su amado, compañero y par». Ambos despertaron a la realidad, paradójicamente, de la mano del símbolo de la sabiduría en las culturas precristianas: la serpiente. La recreación artística del mito que presenta en su propuesta concilia lo masculino y lo femenino, a los «hijos de Adán con las hijas de Eva, en un encuentro entre pares libres de culpa y llenos de gozo». Ávalos ha explicado que llegó al tema tras muchos años de profundizar en esa extraordinaria iconografía. Cuando encontró una solución para sus ideas y maduró la forma de darles salida, se encerró para conformar la muestra que aterrizará en Santa Catalina.
Con la representación sintética propia de la estatuaria y cerámica precolombina, se llega a figuras exentas de morbo. El cuerpo se entiente como volumen y las manos y los ojos son meras líneas que establecen el complemento idóneo entre bidimensionalidad y tridimensionalidad. La sobria paleta de color que utiliza Ávalos contribuye al resultado telúrico, atávico, de la muestra. Los tonos se obtienen de la misma arcilla, sola o tintada, y se usa para destacar detalles específicos o para potenciar el dibujo. Tamara Ávalos representa a una nueva generación de escultores y ceramistas, que se abre poco a poco hueco fuera de Iberoamérica, donde son sobradamente reconocidos. Por la exposición que trae a Santa Catalina, la artista fue galardonada con el Premio Áncora 2005-2006 en artes plásticas. Avalos reconoce que cuando conoció la historia del génesis había algo que le creaba inquietud. «¿Por qué si dos mordieron la manzana, sólo una tiene que correr con toda la responsabilidad?» A partir de esta reflexión, la artista se ha dedicado a investigar sobre los ar-quetipos que utilizaban las culturas prehispánicas para referirse a la mujer, precisamente encontró que muchas la visualizan como un ser que está en contacto con el universo. Según la historiadora del arte, Ileana Alvarado, «la artista revitaliza la iconografía de la América an-tigua y reactualiza los significados de la pintura corporal». En este sentido, las mujeres son seres sexuales que comparte el poder creador de la vida con el varón. De ahí, Ávalos se atreve a hacer una relectura comprometida del génesis que se orienta más al binomio de dos seres humanos que construyen a partir de los mitos fundacionales de una sociedad.