AL FONDO. Entre las calles de la nueva urbanización se deja ver el centro de Jerez.
Jerez

Como un balcón que da a Jerez

Malos tiempos para los ladrillos que, sin embargo, siguen poniéndose uno sobre otro en un lugar de las periferias de Jerez

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Pertenecerán a ese grupo de jerezanos que estarán en la vanguardia o en la distancia. Las periferias también existen y, aunque el negocio de los ladrillos no esté muy boyante en estos tiempos de crisis, las casas ubicadas a las afueras de Jerez no paran en su edificación. Llega la hora de la entrega de llaves de las viviendas y todo debe de estar perfectamente preparado. Se trata de una zona de casas unifamiliares adosadas que tienen como gran encanto una serie de vistas privilegiadas de la ciudad. Al fondo, Jerez emerge y la torre de San Miguel rompe el horizonte junto con las tres chimeneas de la fábrica de botellas. También la cúpula de la Catedral se manifiesta en su grandiosidad y belleza, como un montículo de piedras del siglo XVII. «Tenemos una vista genial», comenta un señor que parece que está buscando su casa por un paraje que todavía es un tanto inhóspito. No parece preocuparle mucho, el estrés no será el denominador común de la zona.

Las casas están justo al lado del lago de Torrox. Primero el gran lago y, al fondo, la ciudad con su peculiar fisonomía. En uno de los lados de la zona, todavía están con plena construcción de una fase de unifamiliares. Los camiones llegan para descargar ladrillos y vuelven a bajar hasta llegar a la zona sur de Jerez. Un operario de la obra está entretenido con un bloque de ladrillos que acaba de llegar. «Yo no voy a vivir aquí, pero reconozco que para el que busque la tranquilidad y zonas verdes este es un sitio muy indicado», comenta.

Alejados

Sin duda no será residencia de los jerezanos recalcitrantes que no pueden estar sin mirar al núcleo central de la ciudad. Urbanistas que también existen en Jerez. Sin embargo, no deja de tener cierto encanto levantar la ventana del dormitorio y tener como primera vista la ciudad desplegada a lo ancho. Con toda su plenitud y belleza en la lejanía.