Abierta la segunda edición del mercado judeo-andalusí
Puerto RealActualizado:El fuerte viento de levante deslució ayer la inauguración, en la plaza Poeta Rafael Alberti, del Mercado judeo-andalusí , que ha sustituido al antiguo mercado medieval que se desarrollaba en la localidad, por entender que el primero se adapta más a la idiosincrasia de la zona.
No obstante a las fuertes rachas del viento, numerosas personas se dieron cita en el Paseo Marítimo para deambular por esta segunda edición del mercado, que estará abierto al público hasta el domingo, desde las 20,00 horas a la madrugada, y donde se podrán ver en los diferentes stands, la recreación completa del ambiente de la época, un taller de escuderos para niños, diversos artesanos trabajando, temas de cetrería, setenta puestos de diferentes mercancías, como dulces, elaborados in situ, atractivas y multicolores golosinas, bisutería, regalos y otros numerosos productos.
En el apartado de animación en la calle el mercado cuenta con cinco actores y tres músicos andalusíes, acróbatas, zancudos, y malabaristas, aparte de un taller de alquimia con la elaboración de perfumes, stands de comidas y bares, herrerías, arqueros, animales de la granja andalusí ocas, burritos y cerdos vietnamitas, útiles medievales, de cocina, herrería, y labranza, escenas de luchas en el mercado, tiro con arco, puente de anillas, caballo de espuma, prueba de habilidades, la presencia de un fakir que traga sables, escupe fuego, y duerme sobre cama de pinchos y la ludoteca.
La cultura judeo-andalusí forma parte del legado cultural hispano a pesar de ser una de las grandes desconocidas para el mismo, siendo en el marco de la cultura universal muy importante.
Las comunidades judías de mayor importancia constituían aljamas (congregación o asamblea), término con el que se denomina a la comunidad judía que residía en una localidad determinada. Las aljamas gozaban de plena autonomía en sus asuntos internos, tanto de carácter religioso como fiscal o judicial, y se gobernaban de acuerdo con sus propios estatutos (taqqanot), a cuyo fin disponían de un cuerpo legislativo, de tribunales de justicia y de oficiales públicos propios. La pertenencia a la aljama era obligatoria para todos los judíos residentes en la localidad, quedando únicamente exceptuados de esta obligación algunos relevantes personajes por privilegio real.