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Cavendish consigue su cuarta etapa en un complicado esprint

A quinientos metros de la meta estaba bloqueado, pero fue capaz de salir y volver batir al resto de hombres rápidos gracias a su arrancada

B. U.
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La pista, una disciplina que en países como Inglaterra, Australia o Francia trabajan con intensidad tiene algunas especialidades que producen buenos corredores de carretera. Una de ellas es la persecución, donde aparecen nombres como los de Fausto Coppi, campeón del mundo en 1947 y 1949, Roger Riviere, Rudi Altig, Roy Schuiten, Francesco Moser, Bert Oosterbosch, Chris Boardman, Robert Bartko o Bradley Wiggins, sin olvidar a Sergi Escobar. Otra es la americana, donde nos encontramos a Silvio Martinello, Etienne de Wilde, el malogrado Isaac Gálvez, por no hablar de la puntuación, con Urs Freuler, Bruno Risi o Viatcheslav Ekimov. Mark Cavendish, el ganador de la decimotercera etapa del Tour es un especialista en americana, aunque también ha hecho scracht. Es una estrella en la pista que lleva camino de convertirse en el rey los sprints a nivel mundial. En el caso de Cavendish, el principio fue el anillo, donde se forjó, en la escuela británica, en Manchester, antes de lanzarse a la carretera. Acumula títulos de Europa, de la Commonwealth y dos del mundo de americana. El primero lo ganó en Los Ángeles, en 2005, con Robert Hayles de compañero. El segundo lo ha logrado este año, en Manchester, con Bradley Wiggins.

No se prodiga nada en las pruebas de 'Seis Días' para poder descansar de la temporada de carretera. Cavendish se ha quedado sólo en las llegadas del Tour . Lleva cuatro victorias, dos de ellas seguidas, y eso que dice encontrarse fatigado: «He corrido el Giro, que terminé en Milán, y noto un poco de cansancio, aunque mi idea es terminar el Tour, llegar a París. He logrado cuatro triunfos, pero no tengo el maillot verde, lo que quiere decir que hay otros corredores más regulares que yo».

Entre ellos se encuentra el español Óscar Freire, quinto en Nîmes. Está resignado: «Está ganando siempre el mismo. Los demás sólo lo intentamos». Tiene razón. Cavendish gana con suficiencia, sin que nadie le inquiete, ya que no tiene problemas para variar su sprint, en función de las circunstancias que se produzcan. A quinientos metros estaba cerrado, pero logró zafarse en ganar gracias a su poderosa arrancada. El rey del sprint.