
El fiscal interrogará al patrón del 'Pepita' como imputado tras confirmar cómo naufragó el barco
La Comisión Permanente de Siniestros Marítimos concluye que el pesquero volcó por exceso de peso y que incumplía las instrucciones de estabilidad
Actualizado: GuardarEl informe técnico sobre las causas que provocaron el naufragio del pesquero Nuevo Pepita Aurora confirma lo que ya sospechaban algunos supervivivientes y familiares de los ocho tripulantes fallecidos: que al barco le faltó estabilidad para afrontar el temporal que azotó el Estrecho de Gibraltar en la jornada del 5 de septiembre de 2007. Pero esos problemas no están relacionados con errores achacables a la construcción de la nave, como han apelado algunos de los marineros que ya han prestado declaración como testigos. Según concluye la Comisión Permanente de Investigación de Siniestros Marítimos, se debe a una carga excesiva que incumplía el libro de estabilidad del pesquero. Además, confirma que se hicieron reformas estructurales tras ser botado del astillero, que no fueron autorizadas. Esas conclusiones, que llegaron el pasado miércoles al juzgado de Barbate que instruye el caso, han llevado al fiscal a solicitar ayer la comparecencia del patrón, José Vega, en calidad de imputado para que sea interrogado por estas circunstancias, ya que como propietario del Nuevo Pepita Aurora debía estar al tanto de las modificaciones ejecutadas en la embarcación y por qué incumplió las instrucciones que le marca el libro de estabilidad.
El informe del departamento dependiente de Fomento se divide en tres grandes apartados. El primero se dedica al libro de estabilidad. Esta documentación, de obligado cumplimiento por ley, incorpora el peso de los aparejos y su distribución en la nave para que ésta no pierda el equilibrio. Según el estudio de la Comisión, al que ha tenido acceso LA VOZ, el pesquero barbateño debía ir provisto de dos toneladas de redes, sin embargo llevaba un aparejo que pesaba ocho toneladas y media.
Tanques de agua
También incumplía el capítulo relativo a los tanques de agua salada. En dicha documentación consta uno, pero el Nuevo Pepita salió a faenar la aciaga jornada con tres. Fuentes del sector consultadas por este medio explicaron que cualquier cambio o actualización que se hace al libro de estabilidad se debe comunicar previamente a la Capitanía Marítima para que ésta haga una nueva prueba con los pesos añadidos, que determine si es compatible con las características del barco. Pero ese trámite no está recogido en el libro donde sí aparecen las cargas anteriores.
Ese exceso de peso sin autorización pudo ser determinante, según fuentes de la Fiscalía, para que el Nuevo Pepita fuera «muy vulnerable» cuando las olas comenzaron a golpearle con fuerza. Prueba de ello es que la línea de flotación estaba muy por debajo de su medida en condiciones normales. La Comisión determina que ésta puede ser una de las causas de que un barco de 20 metros volcara y quedara con la quilla al sol. Además, cuando sufrió el accidente venía de regreso y, por tanto, apunta el Ministerio Público, vendría cargado, con lo cual soportaba un mayor peso.
Un segundo apartado del informe se dedica a las falucheras -aperturas en la cubierta que sirven de desagüe-. Estos aliviaderos estaban cegados, lo que impidió que ejecutaran su cometido con normalidad. Es decir, que el agua que entraba no era devuelta al mar y se estuvo acumulando en la nave. El estudio efectuado apunta a dos razones: que las falucheras estuvieran tapadas por las redes o porque se hicieron modificaciones estructurales sin que conste autorización alguna.
Aclaraciones
La Fiscalía ha solicitado varias aclaraciones al estudio para determinar con mayor precisión hasta qué punto tuvieron influencia en el naufragio del pesquero. Así, ha pedido que la Comisión determine con mayor exactitud qué tipo de cambios se hicieron al barco, ya que cualquier modificación a la estructura de la nave debe estar precedida, antes de su ejecución, por un proceso administrativo de solicitudes y permisos que comienza en la Delegación provincial de Agricultura y Pesca y culmina en la Capitanía Marítima.
Por último, el informe menciona que las dos balsas salvavidas, con capacidad para diez personas cada una, no funcionaron porque no saltaron cuando el barco se hundió y la Comisión recuerda que esta deficiencia ha sido detectada en anteriores siniestros marítimos como el del O'Bahía, naufragado en 2004 frente a la Costa da Morte, en Galicia. Curiosamente ambas naves compartían características al salir del mismo astillero y tuvieron un final trágico muy similar. El fiscal también quiere que se aclare qué tipo de medidas se han adoptado desde que se confirmara este tipo de fallos en las balsas.
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