![](/cadiz/prensa/noticias/200807/17/fotos/072D4CA-CON-P1_1.jpg)
Cuidado: viene un hombre
La dirección de un solarium en Zaragoza provoca la polémica al prohibir la entrada al 'personal masculino'
Actualizado: GuardarEn pleno julio, los socios de la Hípica Militar que quieren disfrutar del sol en uno de los solariums con que cuentan las instalaciones se han llevado una sorpresa: prohibido el paso. Con una salvedad: prohibido, pero sólo a los hombres. Como relata un abonado disconforme con la medida implantada por la dirección, al pie de las escaleras de acceso al solarium se encontró recientemente con un cartel que decía Sólo para el personal femenino. El papel, con la firma de la dirección, supone en opinión de este socio, con 25 años de antigüedad, una discriminación masculina. «Yo estoy a favor de la igualdad entre hombres y mujeres y me disgusta cualquier discriminación», advierte.
Sus quejas, compartidas por otros usuarios, se dirigen contra una medida impuesta por el director del centro, el coronel José Luis García, quien reconoce, en una carta enviada a los socios, que se trata de una discriminación, pero una discriminación «positiva»: alega que está destinada a favorecer a las mujeres que quieran tomar el sol en solitario, en una zona donde no estén expuestas a ser «señaladas con el dedo», como dice textualmente el escrito remitido a los usuarios críticos.
El coronel García, en declaraciones a este periódico, defiende su decisión de vetar el acceso a los hombres: Hay miles de metros cuadrados en el recinto, empeñarse en ir a ese solarium es sólo es un capricho. En la carta, detalla también a qué tipo de mujeres pretende beneficiar esta medida: «El solarium se ha montado pensando en mujeres mastectomizadas, con estrías debido a los embarazos, con cicatrices debidas o no a los partos o simplemente rellenitas, que tienen vergüenza de tomar el sol ante todo el mundo». Y añade, dirigiéndose a uno de los socios discrepantes: «Usted nunca sufrirá esa situación porque no es mujer». El director de la Hípica asume el alcance de la medida. «Fue una decisión mía y personal», reconoce. Luego, replica que las críticas que ha recibido por parte de varios socios de la Hípica, tanto hombres como mujeres, son sólo una «pueril pataleta». Unas explicaciones que no terminan de convencer al grupo de abonados molesto con una decisión que, entre otras cosas, les impide acudir al solarium con su pareja «como habíamos hecho hasta ahora». «Nadie habla de esta discriminación feminista, sino siempre de la machista», se lamenta uno de los socios. «Me siento discriminado, porque pago lo mismo que una mujer», agrega. Y advierte: «Si fuera al contrario, las feministas se nos hubiesen tirado al cuello».
Sus quejas, salvo milagroso cambio de opinión, no tienen demasiadas posibilidades de forzar un cambio de opinión del coronel García. «Nadie le obliga a ser usuaria del centro», recuerda a una socia. Y a otro abonado, le dirige un aviso similar: «Le recuerdo que éste es un centro militar».