Qué es y qué no es...

Lo de las regresiones a otras vidas, Isidro Pérez, no lo ve claro: «No hay nada científico en ello. Debemos desconfiar de las regresiones hipnóticas a otras vidas». Antonio Mendo, sin embargo, lo ve muy claro: «La regresión no tiene apoyo experimental ni científico y los programas como Flash Back hacen mucho daño a la profesión».

Refriegas aparte, los expertos coinciden en que la hipnosis es un estado de relajación profunda en el cual la persona está siempre consciente y en ningún momento bajo el dominio del hipnoterapeuta, quien asume sólo la función de facilitador del ejercicio hipnótico, en el que el paciente no hace nada que no desee, ni puede ser obligado a hacer cosas en contra de su voluntad o su moral.

«Si una persona no quiere ser hipnotizada -añade Hernández Mendo- no va a serlo. Y ya de lleno en una sesión alguien puede olvidar su nombre, pero si no se quiere desnudar nadie lo va a conseguir. No se le puede sacar nada en contra de sus principios».

Este profesional asegura que el temor a perder el control es mayor en mujeres que en hombres; y que es más fácil hipnotizar a un grupo que a una sola persona «porque la influencia social que se produce juega a favor del terapeuta».

Si la influencia social ayuda, también está constatado científicamente que las personas con mucha imaginación son más susceptibles a la hipnosis.

Y es que para Isidro Pérez esta técnica que está rodeada de tanto misticismo no es, ni más ni menos, que como leer un libro: «Un estado de concentración pasiva en el que se inhibe la capacidad analítica y lógica y permite acceder a recursos psicológicos más automáticos».