«Vamos a saludarnos efusivamente...»
El líder popular y Aznar no pudieron disimular la frialdad por la que atraviesan sus relaciones
Actualizado:«Vamos a saludarnos efusivamente porque si no...». Ésta es la frase que, con forzada naturalidad, Mariano Rajoy susurró ayer a José María Aznar para lograr una imagen amistosa ante las cámaras en lo que prometía ser un reencuentro frío, espejo del momento de las relaciones entre ambos.
Rajoy se desplazó a Navacerrada para clausurar las jornadas estivales de la Fundación Faes. Era la primera vez que el líder del PP y su mentor se veían desde el congreso popular celebrado en Valencia en el que Aznar dedicó a su sucesor un par de desplantes por la deriva que ha dado al partido.
La frase de la efusividad consiguió unas carcajadas, un apretón de manos y alguna palmadita en la espalda pero no hubo complicidad ni confianza entre ambos en la hora siguiente, durante la quecompartieron tribuna. La frialdad era evidente.
Aznar, sin embargo, no dio lugar a la controversia y su discurso se alejó del partido y se limitó a resumir las jornadas de su fundación. Rajoy también evitó los aspectos vidriosos pero no dejó de reivindicar ante Aznar la renovación del PP, «un partido -dijo- de centro que reivindica la moderación y la responsabilidad».