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En la imagen, fotografía de archivo, tomada el 17 de diciembre de 2007, del presidente de la inmobiliaria Martinsa - Fadesa, Fernando Martín durante la apertura de honor en el mercado con el toque de campana virtual. /EFE
no puede afrontar su deuda de 5.000 millones

La inmobiliaria Martinsa-Fadesa se declara en suspensión de pagos ante sus «graves» problemas de financiación

La decisión se ha tomado después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores suspendiera su cotización ante la caída en picado de las acciones

REDACCIÓN |
MADRIDActualizado:

La crisis hipotecaria se ha cobrado su primera víctima. La inmobiliaria Martinsa -Fadesa, una de las grandes cotizadas del sector tras Colonial, ha presentado suspensión de pagos ante la imposibilidad de poder hacer frente a sus créditos, que en conjunto suman 5.100 millones de euros.

El consejo de Administración de la compañía, controlada al 60% y presidida por Fernando Martín, se ha reunido de urgencia este tarde después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspendiera su cotización ante la caída en picado de las acciones. Tras más de cinco horas de tensa reunión, la inmobiliaria ha decidido presentar concurso de acreedores voluntarios como única alternativa para asegurar el futuro de la empresa, y llegar a un nuevo acuerdo de refinanciación con los acreedores, "ante la constatación de las graves dificultades de tesorería".

La inmobiliaria ha asegurado que con esta medida intentará "el saneamiento y reorganización de la compañía a través de los instrumentos de la Ley Concursal" para lo cual reestructurará su actividad y venderá activos. Asimismo, ha explicado que ha adoptado esta solución "como mejor modo de evitar un empeoramiento de la situación de crisis que pudiera devenir irreversible y repercutir gravemente en sus acreedores y en los intereses de sus accionistas".

Las dificultades de la compañía provienen de la no consecución de un crédito de 150 millones de euros que le obligaba a suscribir el contrato de refinanciación de deuda que acordó con 45 entidades financieras en mayo. La no consecución del préstamo después de ochos meses de intensa negociación con la ICO y la negativa del sindicato bancario a retrasar el plazo previsto en el plan de negocios para conseguir financiación adicional suponía la suspensión de dicha refinanciación de la deuda de 5.100 millones que actualmente soporta la empresa.