
Cavendish y Ciolek firman un doblete para el Columbia, con Freire cuarto
El cántabro ya es líder de la regularidad y David De la Fuente de la montaña El vasco Amets Txurruka estuvo escapado durante 135 kilómetros
Actualizado: GuardarSi a la calidad que atesora se le une el potencial de su equipo en las llegadas, nos encontramos con una de esas empresas que parecen indestructibles. Cavendish conseguía su segunda victoria de etapa en este Tour. La primera la logró en Chateauroux, con Óscar Freire a su rueda. En Toulouse, su rueda iba escoltada por su compañero Gerald Ciolek, otro angelito de los últimos metros con el que se enfrentó Cavendish sin contemplaciones.
El Columbia, ex High Road, que son los restos del T-Mobile del año pasado, gana etapas y tiene al líder, Kim Kirchen. Unos planes ambiciosos que podían pasarle factura en la montaña si el luxemburgués necesita ayuda. A Kirchen no le preocupa perder el amarillo en la montaña y Cavendish sólo tiene un objetivo en el Tour, el de ganar etapas. No piensa en el maillot verde que descansa en las espaldas de Óscar Freire. «Han hecho primero y segundo. El Columbia tiene muy buen equipo. He tenido que pasar y colocarme, lo que me ha hecho perder unos metros que luego no he podido recuperar», explicaba Freire, que según va avanzando el Tour se va encontrando mejor: «No estoy al cien por cien, pero cada día que pasa voy a más». Freire le está cogiendo gusto a subir al podio: «Espero guardarlo el mayor tiempo posible. No me marco ningún plazo». Otro cántabro, David de la Fuente, lidera la montaña, con los Pirineos por delante.
Esa fue la lucha en la llegada. Hubo otra carrera durante toda la etapa, en la que estuvo metido Amets Txurruka, que buscó las opciones de triunfo hasta tres kilómetros de la meta, junto al francés Pineau. Se llevaban 35 kilómetros de fuga cuando se formó esa escapada en la que estaban Lefèvre, Pineau y Riblon. Llegaron a tener 5:10 en el kilómetro 111. Cuando el pelotón quiere, el tiempo no aumenta. Txurruka se movió bajo la lluvia, en una de esas jornadas en las que se rodó muy rápido, 42,610 kilómetros por hora de media, y en la que confluyeron intereses muy distintos. Las ocasiones para los sprinters no están siendo muchas, por lo que las que tienen intentan aprovecharlas. Por eso el grupo en el que se metió Amets Txurruka lo tenía complicado.
Euskaltel lleva dos días moviéndose, metiendo hombres delante, tentando una fortuna que le está resultando esquiva. Tampoco las cosas le fueron excesivamente bien a Riccardo Riccó, que se cayó. Se golpeó todo el lado derecho de su cuerpo. Se llevaban recorridos 119 kilómetros. Su equipo le metió en el grupo sin mayores problemas. A Riccó la etapa comenzó a hacérsele larga antes de la salida.